El precio de la carne aceleró su ritmo de suba en los últimos días cuando el valor de la media res pagada por los carniceros pegó un salto y llegó a los $ 53 por kilo, según los montos conocidos ayer. Esta cifra significa un aumento de 32,5% cuando se compara con los $ 40 que se abonó a fines de octubre, cuando fue la primera vuelta en las elecciones presidenciales. Y vaticinan más subas. La expectativa de reapertura de las exportaciones, con permisos más flexibles para vender a otros países, la promesa de quita de retenciones y la de una devaluación del peso sumaron un cóctel irresistible para los ganaderos que prefieren hoy guardar animales para llegar al peso necesario para poder vender al exterior lo producido.
"Están haciendo mucho abuso los productores. No suben los precios los más chiquitos, sino lo más grandes. Y eso que aún no ocurrió el aumento del dólar", dijo pesimista Alberto Williams, vicepresidente de la asociación de propietarios de carnicerías en diálogo con este diario. "Hoy (por ayer) la carne vino con subas y ya dijeron que el jueves va a volver a tener un aumento", detalló. "La verdad que viene muy mal por ahora, y a esto se va a sumar los incrementos que se dan a fines de año por las fiestas", se quejó.
El índice novillo, indicador que se elabora en base al precio de esta categoría de mercado, en Liniers, saltó ayer un 15,8% hasta las 24,991 unidades, un nuevo récord. Además, desde el 23 de octubre, en vísperas de las elecciones presidenciales de primera vuelta, subió un 28% cuando estaban en 19,518 unidades.
Este índice fue subiendo mes a mes, durante los últimos años, en porcentajes similares a la inflación, pero ya en octubre, por las promesas electorales, cerró más arriba, explicó Matías Sara, productor técnico ganadero. Detalló que las alzas se dan porque hay faltantes en el mercado que responden a la expectativa de mayores exportaciones en el gobierno de Mauricio Macri. En concreto, lo que faltan son terneros y novillitos, que son animales de menos de 400 kilos, que no se exportan, pero que hoy el productor prefiere guardar y engordar durante 2 a 4 meses para llegar a un peso superior a los 400 kilos, de manera de que sean vendibles al exterior. "No se faenaron el mes pasado y este mes tampoco", sostuvo.
También el portal especializado Valor Carne identificó en este factor la explicación de las subas. "La oferta para faena está reducida por un proceso de retención iniciado tiempo atrás y aumentado por las incertidumbres generadas por el cambio de gobierno y el fin de un ciclo, lo que no permite pronosticar un techo a la corriente suba de precios", auguró.
Sin embargo, Sara se mostró optimista respecto a la evolución de los precios de la carne en el mediano plazo: la retención de animales actual se va a traducir en una sobreoferta para dentro de unos meses, ya que, si bien se va a exportar parte de los novillos pesados, los cortes con hueso van al mercado interno, lo que haría caer los precios. "Lo que se vende al exterior es lomo y otros cortes sin hueso; en cambio el asado o el puchero, por ejemplo, queda siempre dentro del país", distinguió. "Es un proceso lento, pero se va a empezar a ver asado más económico que el que se ve ahora", aseguró.
Este año se anunció la reapertura de las exportaciones de carne a Estados Unidos, luego de que fueron prohibidas en 2001 por un brote de fiebre aftosa. Unos meses después se sumó la noticia de Canadá. "No son grandes clientes pero EE.UU., en particular, es un comprador de alto valor", sostuvo Sara. Y resaltó que la importancia de volver a vender a estos países es conseguir, en un futuro, hacerlo en Corea y en Japón, mercados más que codiciados a nivel mundial en el negocio de la carne.