Sin goles no se gana. Es la regla madre del fútbol. En Boca los goles no aparecen y esa es toda una preocupación. De los 13 partidos que jugó Boca en 2016, contando todos los amistosos, sólo convirtió en cuatro encuentros (Emelec, Racing -en Mar del Plata-, San Martín de San Juan y Newell´s). Muy poco para un equipo que tiene en Tevez y en Osvaldo a la delantera más cotizada del fútbol argentino. Pero el grito no llega. Anoche fueron Chávez y Lodeiro los acompañantes del Apache. Luego entró Carrizo (Palacios se quedó en el banco) y tuvo la chance más clara.
“Me voy con la sensación de que hay que tener más situaciones de gol para poder convertir”, buscó tranquilizar el Mellizo. Y luego puntualizó sobre el gran “9” ausente: Daniel Osvaldo. “Es un jugador de características muy buenas, pero lo necesitamos al cien por ciento. Cuando esté bien, creo que se puede complementar muy bien con Tevez, porque él tiene mucha jerarquía, se las hace díficil a los rivales y tenemos que aprovecharlo. Pero a Osvaldo no lo tenemos..”, se lamentó Guillermo.
Si bien no quiso confirmarlo, casi que adelantó que en el Superclásico tampoco tendrá a Osvaldo, quien todavía siente dolor por su fractura en la falange proximal del quinto dedo del pie derecho. En verdad, Barros Schelotto no pudo confirmar a nadie para el domingo por un tema clave: la recuperación. “Uno no tiene el historial físico del plantel como para saber quiénes van a estar contra River”, deslizó.
La realidad marca que Boca en la Copa tiene dos puntos. Que no le hicieron goles. Pero tampoco convirtió. Osvaldo no está y no hay otro nueve a mano (el DT ya pidió incorporar sí o sí a otro goleador si se avanza en la Copa). Sí se fue con una mueca alegre por el ratito que jugó Pachi Carrizo, un delantero que siempre le gustó y que llegó a pedir como refuerzo en Lanús. ¿Será él uno de los titulares en el Monumental? Para eso falta. No tanto. Boca busca goles...
