No atraviesa su mejor momento y el plan Massa la condenó definitivamente a la baja el martes. No habría demasiadas señales positivas hacia delante para el poroto. ¿Empieza a jugar la ecuación buena paridad-menores precios? Mejor apurarse.
Uno de los efectos que se temían respecto de la aplicación de la nueva modalidad de liquidación se vinculaba directamente con el apuro por vender entre productores que hace largo rato esperaban un tipo de cambio mínimamente digno. Se sabe, cuando muchos se mueven en un mercado intentando ir en una dirección y son pocos los que proponen la dirección contraria, estos últimos tienen la sartén por el mango. No implica necesariamente una actitud delictiva, muchas veces es producto de la posición de poder de quien puede comprar cuando son muchos los que quieren vender.
Entre el viernes y la rueda de hoy la posición septiembre para la soja perdió en el mercado de futuros de nuestro país alrededor de un 9%, en tanto el disponible resignó al menos u$s 35. Más allá de algún alto directivo del sector exportador enojado por la sola sugerencia de que los suyos se habrían quedado con una parte del precio, la diferencia está y era un riesgo al cual se sabía el productor iba a estar expuesto, y puede profundizarse con el correr de los días cuando empiecen los problemas logísticos y operativos.
Por si sirve de consuelo, la pérdida de precio de la oleaginosa ahora viene además del exterior. En la rueda del martes en Chicago la soja resignó u$s 8 cuando llegó la noticia de la movida que había implementado el gobierno argentino y los resultados del primer día de operaciones.
En Estados Unidos temen que la novedad incremente la competencia para sus derivados de soja, justo cuando se entusiasmaban con quitarle una porción de mercado a la Argentina. "Simplemente hace que haya más derivados disponibles, y cuando eso pasa los precios bajan", advirtió un conocido analista. "Un aumento en las ventas de soja de producción argentina podría ser negativo para los futuros de soja CBOT, pero tendremos que ver cómo reaccionan los productores al 'dólar de la soja' en los próximos días", completó otro especialista.
Para ser justos es una noticia que le llega a la soja estadounidense cuando no atraviesa su mejor momento. Un dólar infernalmente fuerte le quita competitividad, y hay pocas expectativas de que el próximo informe de oferta y demanda del USDA ofrezca algún alivio en cuanto a los niveles de producción de esta campaña, que otorgarían una relativa comodidad a la demanda.
El punto es que existen los vasos comunicantes. Los gobiernos intervencionistas hablan de "vivir con la nuestra" y creen que estamos solos en el mundo. Desde ya no es así, el efecto boomerang es inevitable, no puede concebirse que la soja retroceda en Chicago y no lo haga en nuestro país. Si el próximo 12 de septiembre el nuevo reporte del USDA le da la espalda al poroto, detrás viene el comienzo de la cosecha. Salvo alguna catástrofe climática extemporánea, no parece haber demasiados motivos para pensar en precios mucho mejores.
Con este dato enfrente, se comprenderá el apuro del productor argentino por aprovechar esta oferta de primavera, que podría ir consumiéndose día a día si la merma en los precios internacionales diluye las ventajas del nuevo dólar.