Las lluvias torrenciales ocurridas en la última semana generaron desastres productivos en muchas zonas del sector norte de la región pampeana. Y en los próximos días se prevén más tormentas.
Los excesos hídricos llegaron en el peor momento: en las zonas afectadas se detuvo la recolección de granos gruesos (fundamentalmente soja y maíz) y buena parte de los envíos programados hacia fábricas aceiteras y terminales portuarias no se pueden concretar.
Para esta época del año las terminales de la zona de influencia de Rosario debería estar recibiendo a primera hora de la mañana más de 6000 camiones cargados con granos. La semana pasada no superaron los 3000 vehículos diarios. Y esta semana podrían no alcanzar la cifra de los 2000.
La consecuencia directa de eso es un progresivo retraso en la carga de buques, los cuales, al superar los tiempos programados, generan sobrecostos que luego deben ser afrontados por el sector agroindustrial.
A fines de marzo pasado los administradores de fondos de cobertura agrícola comenzaron a apostar por una suba de las cotizaciones internacionales de la soja (que se viene consolidando en los últimos días). Pero esa noticia, que inicialmente se juzgó como favorable, ahora sabemos que se sostiene en los desastres productivos ocurridos en la región pampeana argentina por el impacto del “cambio climático”.
Si bien aún es temprano para realizar una evaluación general de los daños, ya es posible saber que la mayor parte de la cosecha entrerriana de soja generará quebrantos por bajos o nulos rindes obtenidos (el cultivo ya venía golpeado por altas temperaturas en enero seguidas por lluvias gigantes en febrero).
El dato es que en la mayor parte de las zonas afectadas –norte de Buenos Aires, centro-sur de Santa Fe y sudeste de Córdoba– se localizan los campos sojeros más productivos de la Argentina, con lo cual seguramente será necesario revisar las previsiones de cosecha estimadas hasta el momento (además de considerar que buena parte de la calidad de los granos recolectados experimentará un deterioro importante que afectará la facturación de muchas empresas agrícolas).
En términos macroeconómicos, el fenómeno, en principio, implicaría una ralentización del ingreso programa de divisas provenientes del sector agroindustrial (la principal fuente de ese recurso por lejos).
Otro de los sectores comprometidos por el desastre climático es el tambero, dado que, además de los daños que experimentan las vacas ante una situación de excesos hídricos, en muchos casos no es posible trasladar la leche hacia las fábricas por caminos rurales restringidos o directamente cortados por inundaciones.
En algunas empresas tamberos entrerrianas y santafesinas se están implementando relocalización de vacas hacia zonas más elevadas ante la imposibilidad de alimentar al rodeo por falta de recursos o de accesos para ingresar alimentos.