La provincia del norte argentino tolera una seca histórica. Las pérdidas económicas bordearían los 40.000 millones de pesos, sobre la base de más de 510.000 hectáreas quemadas.
Se calcula que el 65% del arroz sembrado en la provincia se hace con agua de represas, y necesita de lluvias urgentemente. Los animales, en tanto, ven caer su producción y afrontarán un invierno con escasez de forraje.
Se espera una pérdida de producción de carne de unos $3575 millones. Desde luego hay además daños en alambrados y tranqueras.
Se calcula asimismo que se quemaron más de 10.000 hectáreas forestales, con unos 5.000 millones de pesos perdidos. En yerba mate, de las 60.000 hectáreas cultivadas habrá una pérdida de producción del 50%, en tanto la citricultura recibirá el peor impacto en la producción de limones, también con mermas millonarias.
