Con una gran convocatoria, se celebró la primera reunión del Observatorio Colaborativo MAIZAR Huella de Carbono, que tiene por objetivo reunir a todos los actores clave de la bioeconomía para compartir información y trabajar mancomunadamente sobre distintos factores que permitan posicionar a la Argentina (Marca País) en los mercados internacionales como un proveedor sustentable y poder así capturar el valor diferencial que tenemos.
La eficiencia fotosintética de nuestros sistemas productivos, más eficaces en el uso del agua y la captura de carbono, hace hoy una gran diferencia en un mundo que pone, cada día más, el foco en las huellas ambientales. Producimos lo que el mundo necesita y de una manera mucho más sostenible que los países competidores, como muestran distintos trabajos que se vienen realizando.
Desde hace tres décadas venimos haciendo Siembra Directa (SD), cuando el 80% de la agricultura en el mundo todavía se hace arando. No remover la tierra para sembrar implica reducir un 60% el consumo de combustibles fósiles, tener un 96% menos de erosión por vientos o lluvias, reducir un 70% la evapotranspiración y alcanzar una de las mejores huellas hídricas del planeta. Y aún hay mucho margen de mejora.
Sin embargo, a la hora de comercializarlo, éste es un valor que aún no hemos logrado capturar. Las commodities, y sus productos de transformación, tienen el mismo valor en el mercado mundial, sin importar la sostenibilidad de su sistema de producción. Según un estudio de IBM realizado en 20 países, "80% de los consumidores están dispuestos a pagar más por un producto que cuida el ambiente, hasta un 35% más de precio". Por lo tanto, resulta imperioso que empecemos a certificar el modelo productivo argentino.