Esta realidad indica una marcada necesidad de producir forrajes de alta calidad debido a la fuerte competencia que se ha producido con la agricultura por el recurso tierra, lo que obliga a la producción ganadera, tanto de carne como de leche, a aumentar su eficiencia.
Esto se logra con un mayor uso de la suplementación en vacas de buena genética y producción a través de raciones TMR (Ración Totalmente Mezclada) formadas con concentrados energéticos como los granos y silaje de maíz, suplementos proteicos como los silajes de pasturas y los henos de calidad. A estos ingredientes tradicionales hay que sumarles los nuevos ingredientes que están surgiendo del procesamiento de los granos, muy utilizados en las raciones bovinas a nivel mundial, y que están empezando a tener gran disponibilidad en nuestro país debido al cada vez mayor nivel de industrialización de los granos en origen. Un ejemplo claro de esta situación lo constituyen las 1,2 M/tn de maíz que se van a procesar durante el año 2014 en la Provincia de Córdoba para producción de etanol, del cual se puede obtener un excelente subproducto proteico (granos destilados que incluyen el núcleo de maíz menos el almidón) que en forma seca (DDG) puede formar parte de alimentos balanceados para ser utilizados en las raciones tanto de carne como de leche, y en forma húmeda (WDG) que si bien puede ser utilizado directamente en las raciones no sirve para constituir alimentos balanceados. Este subproducto es rico en proteína, fibra y grasa. A su vez, estos granos destilados pueden ser mezclados con el jarabe obtenido del agua residual del centrifugado, enriqueciendo aun más este subproducto en proteínas, grasa y fibras obteniendo como productos finales DDGS (90% MS, 28 a 34% de proteína) si se comercializa seco, o WDGS (35% MS, 28 a 32% de proteína, 8 a 10% de grasa) si se vende húmedo, siendo este último un alimento perecedero que mantiene su calidad nutricional por 8 días en épocas de calor y 15 en frías.
Este nuevo paradigma está posicionando a la ganadería frente a un cambio tecnológico donde el animal integra un sistema donde debe comer una dieta conformada por una TMR y con el máximo confort animal. El término TMR es una sigla asociada a la alimentación del ganado bovino en confinamiento o semi-confinamiento en vacas lecheras en producción y engorde a corral o Feed Lot en sistemas productivos de carne y que se refiere a suministrar a los animales una ración, en la cual los componentes que brindan la fibra, proteína y energía, vengan correctamente mezclados entre sí, para de esa forma brindarle al animal una mínima posibilidad de “selección en el comedero”, aumentando de esta forma la calidad nutricional de la alimentación.
Para la elaboración de las TMR, la herramienta más utilizada son los mixer, los cuales cumplen la función de mezclar, de manera homogénea cantidades controladas de distintos ingredientes, los cuales vienen seleccionados para obtener una dieta equilibrada que permita suministrar los nutrientes requeridos por los animales y mantener las cantidades necesarias para que el tiempo de insalivación y rumia permitan hacer un óptimo aprovechamiento de la dieta.
En este camino, la tendencia es a crear patios de comidas donde se dispongan todos los ingredientes de la ración, los cuales son cargados y mezclados en un mixer. Bajo estos lineamientos, la fracción de fibra de la ración es aportada por el heno, a través de rollos o megafardos. Los primeros constituyen la presentación de mayor adopción y uso doméstico en nuestro país. Estos presentan como ventajas el menor costo operativo que poseen pero a costa de un mayor “amasado” en la cámara de compactación, con la consecuente pérdida de hojas, una mayor dificultad en el trasporte/almacenaje y menor facilidad de suministro. Por su parte, las megaenfardadoras, cuyo uso es 95% con fines comerciales (confeccionados para su venta y transporte a distancia), presentan una mayor capacidad de procesado en la cámara de compactación en relación a la enrolladora, mayor presión de compactación (250 kg/cm2 vs 160 kg/cm2 en rotoenfardadoras), mayor capacidad por no detenerse para atar y expulsar, mayor eficiencia en el trasporte/almacenamiento por su forma de panes rectangulares y se destaca por una mayor facilidad de suministro, dado que permite que al cortar los hilos se carguen porciones en los mixer, haciendo más fácil la formulación de raciones. Como contra se debe mencionar su alto costo de adquisición y los altos requerimientos de potencia, lo que eleva su costo operativo.
Considerando que la henificación es un método de conservación de forraje seco (siempre por debajo del 20% de humedad y estabilizado al 15%), producida por una rápida evaporación del agua contenida en los tejidos de la planta, podemos mencionar una tercera alternativa de presentación a las ya mencionadas, la cual es el denominado: heno picado y embolsado.
Esta nueva alternativa consiste en lograr una correcta conservación del heno de alfalfa o gramíneas, utilizando básicamente las mismas máquinas que para confeccionar silajes, donde el material es picado con precisión y embolsado (maquina embutidora y bolsa de nylon plegada).
La bolsa actúa como elemento de contención y protección de los agentes climáticos externos (en especial lluvia y/o humedad ambiente), permitiendo de esta manera conseguir una buena preservación; en principio a mediano plazo, con reducidas pérdidas de calidad y cantidad durante el almacenamiento.
Esta nueva forma de presentación del heno, permite una gran ventaja en cuanto a la facilidad para la formulación de raciones; pudiéndose disponer en el mismo patio de comidas, el heno picado y embolsado (de alfalfa o gramíneas), al igual que se dispone del resto de los ingredientes para la formulación (silo bolsa de maíz o sorgo picado fino de planta entera, granos húmedos, soja y/o alfalfa picada, WDGS, etc.).
Al respecto es frecuente observar en nuestros sistemas productivos, que al momento de armar la ración se debe buscar el rollo almacenado en estivas o en cordones lineales alejados de las bolsas de silaje, muchas veces éstas estivas mal protegidos de las inclemencias del tiempo. Esta forma de presentación en bolsas, similares a las de silaje, permite lograr una gran agilidad y facilidad de preparación de la TMR debido a que no hay necesidad de desmenuzar el heno y pudiéndose racionar la cantidad adecuada de este ingrediente según indique la dieta. Otra importante mejora es, evitar todo el proceso previo de desmenuzado y trozado del rollo para lograr un largo de fibra acorde, para recién iniciar la carga normal de los otros ingredientes.
Otra ventaja es que generará otra posibilidad de utilización, a los equipos de picado fino y embutido de forrajes, tanto de los contratistas como productores.