Temperaturas de entre 0 y 2 grados centígrados, inusualmente bajas para los últimos días del verano, golpearon al sur de la provincia de Buenos Aires el sábado y el domingo pasados.
"Seguramente ha provocado daño, especialmente en los lotes de soja sembrados muy tarde, a fines de diciembre. Pero no podremos medir su impacto hasta entre siete y diez días, cuando las plantas dañadas pasarán de un color verde a amarillo", dijo ayer Anthony Deane, titular de la consultora climática Weather Wise Argentina.
El maíz de la campaña 2012/13 tiene menos posibilidades de haber sufrido daños por la ola de frío, debido a que las plantas del cereal ya atravesaron hace tiempo sus etapas clave de desarrollo, cuando son más vulnerables a eventos climáticos.
"Esta caída en las temperaturas podría incrementar la posibilidad de que la cosecha de soja de la Argentina se ubique en el rango inferior de las expectativas", dijo David Hughes, un productor que administra tierras con soja, maíz y trigo en Buenos Aires.