El hombre de negocios apodado “el rey de la soja” indicó que hoy “hay inflación porque no hay competencia. Si hubiera muchos más supermercados, mucha más producción de trigo, de cerdos, eso generaría una baja en los precios”, analizó y agregó que “si controlar hace que haya cada vez más monopolios, no se resuelve el problema de fondo”, sostuvo en declaraciones al programa Toma y Daca, que se emite por Radio América.
Los Grobo, que se expandió con la siembra, especialmente de soja y, recientemente, con la diversificación hacia la rama industrial, hoy está presente en Uruguay y Brasil, además de la Argentina.
Sin embargo, Grobocopatel asegura que hoy siembra “menos que en 1994”. y que la productividad actual en el país “está estancada, a diferencia de lo que sucedió en los países competidores de la Argentina, que crecieron a una tasa de entre 10% y 15% anual”.
“Con otras políticas, Los Grobo hoy hubiera sido una gran multinacional”, enfatizó.
Haciendo hincapié en el contexto del campo, pero no limitándolo a ese radio, Grobocopatel aseguró que “los empresarios argentinos han sido permanentemente atacados”.
“Estamos preparados para resistir y aguantar, no para desarrollar‘”, disparó.
Respecto del agro, el empresario indicó que “en todos los sectores, incluso del Gobierno, saben que han cometido errores en política agropecuaria, en carne, trigo y leche. Consultado sobre cómo será la situación tras 2015, indicó que “siempre un cambio de gobierno genera buenas expectativas”.
Según dijo, las propuestas que hoy tiene la oposición “están de acuerdo con revisar las retenciones en cultivos complicados como el trigo, el maíz y el girasol” y “están viendo que hay que cambiar las políticas de carne y leche. También están de acuerdo que el comercio tiene que ser más transparente y menos intervenido porque la intervención no tuvo las consecuencias deseadas”, aseguró.
Sobre el precio de los commodities, dijo que se mantienen altos, con una volatilidad lógica de los mercados.
Sin embargo, al aludir a la reciente devaluación analizó que “la competitividad del campo no depende tanto del tipo de cambio, sino de la relación insumo-producto, porque los costos del campo están dolarizados”, como los agroquímicos y las maquinarias. “La devaluación no tuvo un impacto para mejorar la competitividad”, concluyó.
