. "El cambio de gobierno generó un nuevo panorama, con reglas distintas a las que se habían mantenido durante las últimas dos décadas. Esto ha obligado a los productores a adaptarse en medio de una situación económica compleja que afecta a todos los sectores", explicó Brusca.
Desde su perspectiva, la clave para que la ganadería logre mejorar su rentabilidad y producción radica en establecer reglas claras que permitan a los productores planificar a largo plazo. "La ganadería es una actividad que necesita certezas y un direccionamiento claro hacia los mercados, tanto internos como externos. Desde el IPCVA continuamos trabajando para potenciar el mercado interno y, al mismo tiempo, impulsar las exportaciones sin descuidar ningún segmento", afirmó.
Brusca destacó la reciente extensión del reglamento 115 de la Unión Europea, que permite a los productores argentinos un año más de adaptación. "Esto brinda un respiro para evaluar nuestras capacidades y ajustar la producción a los nuevos estándares. Hemos trabajado junto a instituciones como el INTI, el INTA y el CONICET para ofrecer información confiable a los productores", indicó.
En cuanto a la promoción de la carne vacuna, Brusca celebró el intenso calendario de actividades del IPCVA durante el 2024, que incluyó jornadas de campo, eventos deportivos como el IronMan y carreras en distintas regiones del país. "Buscamos fomentar el consumo de carne en una alimentación balanceada y saludable, promoviendo alianzas con pediatras y campañas dirigidas a la salud y la nutrición", detalló.
Para el 2025, Brusca señaló que las expectativas del sector dependen de una planificación integral y del trabajo conjunto entre el sector público y privado. "Llevar un bife a la mesa, ya sea en Argentina o en el exterior, requiere más de dos años de trabajo. Necesitamos reglas claras y un esfuerzo articulado para que la cadena ganadera sea competitiva y sustentable en un mercado global cambiante", concluyó.