Se presenta la proyección de resultados para la zona Sur de Córdoba sobre la base de los precios estimados a cosecha 2015, para trigo, girasol, maíz y soja, para los cultivos realizados por administración en campo propio y bajo la forma de arrendamiento en campos de terceros.
De cara a la nueva campaña, el mercado de futuros ya opera con posiciones de Trigo enero/15, Soja mayo/15 y maíz abril/15. El trigo muestra precios a cosecha 12% más bajos que los actuales (207 vs 236 US$/tn). En maíz, los valores futuros muestran una caída de 8,5% respecto del disponible actual (161 vs 176 US$/tn). Para la soja, en tanto, la caída en las cotizaciones futuras es de 5% (293 vs 308 US$/tn) En girasol no hay aún posición marzo/15 en el MAT, para el cual se estima una cotización de 305 US$/tn para Rosario, en línea con el disponible actual. El mercado de girasol, sin embargo, es mucho más errático que el de la soja.
La foto actual para las proyecciones del cuadro reflejan los costos actuales y los precios futuros.
Las proyecciones para siembras en campo propio muestran que los rindes de indiferencia necesarios para cubrir costos son de 32 qq/ha en trigo, 16 qq/ha en soja de 2ª, 73 qq/ha en maíz, 14 qq/ha en girasol y 23 qq/ha en soja de 1ª.
Para siembras en campo arrendado se estimaron precios de arriendo 1 qq/ha más bajos que los de la campaña que termina. Los rindes de indiferencia se ubican en 40 qq/ha para trigo, 21 qq/ha para soja de 2ª, 85 qq/ha para maíz, 19 qq/ha para girasol, y 29 qq/ha para soja de 1ª.
Las proyecciones, si bien nominales, son sumamente complicadas para trigo y maíz. Estos cereales son insustituibles en las rotaciones agrícolas para evitar la pérdida de materia orgánica, la estructura y fertilidad de los suelos y también para controlar adecuadamente las malezas.
Para aumentar la superficie del trigo hace falta precio. La eliminación de las retenciones sería el primer paso. Además habría que liberar los cupos de exportación para la nueva cosecha, con lo cual habría mayor previsibilidad en el mercado y se restauraría la competencia sana entre la molinería y la exportación. Ambas medidas traerían más beneficios que costos.
El resultado sería un importante aumento en la superficie, la producción y el volumen exportable (que podría llegar a 10 mill.tn.), con el consecuente ingreso de divisas, tan necesarias para el país. El resultado se vería en sólo 7 meses. El tiempo de descuento para que aumente la siembra de trigo se está acabando.