Las exportaciones de carne vacuna, que en 2012 totalizaron unas 180 mil toneladas, es difícil que se recuperen este año, al menos que se registre un cambio drástico en el valor del tipo de cambio neto, cosa que no está a la vista.
No se descarta que cierre alguna planta exportadora más, pero el grueso de la industria piensa que si se llegó hasta acá, es cada vez probable un cambio de rumbo por parte del Gobierno en materia de exportaciones.
Además, las empresas frigoríficas hoy no valen nada abiertas y menos cerradas.
Más allá de ese enfoque optimista, algunos industriales observan que es muy difícil que en un año electoral el Gobierno nacional devalúe (“sería un suicidio”, consideran analistas) y que las tentativas de algunos funcionarios de reducir las anacrónicas retenciones han encontrado resistencias muy firmes, por razones ideológicas, en lo más alto del poder.
El problema número uno en la actualidad es el atraso en el tipo de cambio, al cual se lo comió una inflación que por cinco años consecutivos se ubicó bien por encima de la tasa de devaluación.
La demanda mundial por carne vacuna sigue creciendo, pero la suba de los precios internacionales de los años 2005-2008 parece hoy muy poco probable que se repita; esa suba de los valores FOB compensó por varios años para los exportadores el atraso cambiario, hoy el precio de la carne a nivel mundial está firme, pero ha dejado de crecer.
Actualmente, la hacienda en nuestro país está 30 por ciento más cara que en Brasil o Paraguay, y 15-20 por ciento más cara que en Uruguay, y además, el stock nacional de novillos ha caído un 40 por ciento, con reducciones del 63 por ciento de las existencias de esta categoría en el caso de Buenos Aires y del 65 por ciento en el caso de la provincia Córdoba.
El valor del novillo pesado en dólares ha caído durante el último año, pero en forma insuficiente para competir internacionalmente.
Además, los exportadores saben que para febrero-marzo próximo probablemente se produzca la suba estacional del precio del novillo, que encarecerá nuevamente el valor en dólares de la materia prima.
El Gobierno sabe que tiene un problema de atraso cambiario, y ha acelerado la devaluación a un ritmo equivalente al 20 por ciento anual, según la tendencia de diciembre, pero esta tasa es insuficiente frente a una inflación del 25 por ciento anual.
La demanda exportadora, que llegó a ser el 25 por ciento de la demanda total en 2005 y el 20 por ciento en 2009, ahora representa sólo el seis por ciento de la demanda total.
Está casi ausente a la hora de la formación de los precios del ganado, que son fijados por un mercado interno cuya demanda está estancada en un mercado sobreofertado por todo tipo de carnes.
Comercio mundial
Se presenta un panorama auspicioso para 2013 en el comercio mundial de carnes, dado fundamentalmente por dos motivos: primero, la finalización de la fase de liquidación del ciclo ganadero en Estados Unidos, que está dando lugar a una fuerte suba en el precio de la hacienda (Estados Unidos importa y exporta por valor de 9 mil millones de dólares); y segundo, la irrupción de China como fuerte importador de carne vacuna, cosa que no sucedía hasta hace muy poco.
Hasta hace un par de años, era más lo que China exportaba que lo que importaba.