La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BdeC) dijo el miércoles que existe la posibilidad de que tenga que recortar en hasta 25% sus previsiones de producción para la soja y el maíz de la temporada 2022/23 debido a una prolongada sequía.
En septiembre, cuando comenzó la siembra del maíz en Argentina, la entidad dijo que las cosechas de soja y de maíz, los dos principales cultivos del país, serían de 48 millones y 50 millones de toneladas, respectivamente.
Sin embargo, desde entonces una sequía que comenzó en mayo continuó azotando a las regiones agrícolas núcleo argentinas, por lo que en un informe la BdeC dijo que, por la falta de agua, en el peor de los casos las cosechas de ambos cultivos podrían ser de 35,5 y 37,8 millones de toneladas, respectivamente.
"La ausencia de precipitaciones, reservas hídricas agotadas, temperaturas máximas en ascenso y un aumento de la demanda atmosférica de humedad limitan el crecimiento de los cultivos. Dichos fenómenos generarán mermas en los rendimientos potenciales, así como importantes pérdidas de área cosechable", dijo la BdeC.
A su vez, por la falta de agua en el suelo las tareas de siembra de ambos cultivos están muy retrasadas, lo que también impactará en la productividad de las plantas, agregó.
La Bolsa el martes señaló que la sequía que ya lleva meses en Argentina, y que se suma a sequías causadas por el fenómeno climático La Niña en las dos campaña agrícolas anteriores, iría disipándose en las próximas semanas, con el correr del verano austral, con lluvias en niveles normales a fines de marzo.
Sin embargo el miércoles la BdeC explicó que "si bien se espera que las lluvias vuelvan en los próximos meses aliviando la situación de los suelos en la campaña 2023/24, las mismas no permitirían mejorar el presente ciclo productivo". En el caso del trigo 2022/23, la sequía hizo que la Bolsa estimara su cosecha en 12,4 millones de toneladas, desde los 22,4 millones recolectados en ciclo previo.
Con respecto al impacto económico de la sequía, el reporte de la BdeC señala que, en el peor de los escenarios, la sequía tendría un impacto negativo equivalente al 1,8% del Producto Interno Bruto y que el país podría perder hasta 11.628 millones de dólares en exportaciones de granos. Argentina es el tercer exportador mundial de soja y de maíz, y un proveedor internacional clave de trigo.