Después de cuatro años de existencia, el Movimiento Campesino-Ciudadano ganó unas elecciones cruciales en los Países Bajos y le pone límites a la expropiación de campos que proponía el gobierno. Una experiencia para analizar a fondo.
Después de cuatro años de existencia, el Movimiento Campesino-Ciudadano ganó unas elecciones cruciales en los Países Bajos y le pone límites a la expropiación de campos que proponía el gobierno. Una experiencia para analizar a fondo.
Si un gobierno se abusa de su poder para someter a un sector, algo hay que hacer, y hay que hacerlo dentro de la ley, por supuesto. En la Argentina se intentó sin mayor suerte. A ciencia cierta no pudo reunirse masa crítica suficiente. Generar empatía en la población sigue siendo una asignatura pendiente para el campo, probablemente con culpas compartidas. Seguramente alguno se enojará por el comentario, empresarios que con cierta lógica creen que lo suyo es producir y no deben estar explicándole al resto lo que hacen.
Pero la realidad demuestra que, siempre con herramientas licitas y bienintencionadas, no es malo tener palenque donde rascarse. La poderosa bancada ruralista brasileña cuenta con un alto porcentaje de los escaños disponibles en el Congreso Nacional del vecino país. Difícilmente se puedan tomar medidas lesivas para el sector sin enfrentarse con este grupo de alto peso en el Parlamento. Y para muestra basta un botón. El Frente Parlamentario Agropecuario (FPA) acaba de decir que la tributación de las ventas al exterior de crudo sienta un precedente peligroso para otros commodities y recuerda la situación que vive Argentina. Están con la guardia alta. ""Seremos explícitamente contrarios a cualquier intento de este tipo", le han advertido a Lula. Y va en serio.
Ahora llega la noticia del éxito del Movimiento Campesino-Ciudadano (MCC) en Holanda. Fundado en 2019 por la periodista agropecuaria Caroline van der Plas, junto con Wim Groot Koerkamp y Henk Vermeer de la firma de marketing agrícola ReMarkAble, nació en respuesta a las protestas generalizadas de agricultores que habían tenido lugar en octubre de ese año. En las elecciones generales de 2021 consiguió ganar su primer escaño, y en este mes de marzo se ha convertido en el partido más votado y con más bancas en el Senado.
Vino de la nada para terminar por delante del Partido Popular por la Libertad y la Democracia del primer ministro holandés Mark Rutte, en una elección vista como un referéndum sobre el desempeño del gobierno. Es válido reconocer que hay una alta cuota de voto castigo en esta movida.
El MCC, que no tenía representante en el Senado antes de las elecciones de anoche, ganará 15 de los 75 escaños del Parlamento. "No seremos ignorados nunca más", bramó la líder del movimiento. Los titulares sobre una "lección histórica" y un "ajuste de cuentas con el gobierno de Rutte" cubrieron los periódicos holandeses.
Para los analistas es "una especie de terremoto en la política holandesa. Ella es diferente a cualquier líder de partido holandés, y para muchos votantes ese es su atractivo". Por supuesto que el movimiento tiene cosas criticables, pero el MCC ganó popularidad a medida que aumentaron las protestas de los agricultores holandeses en los últimos años, en medio de una dura represión de la policía.
El gobierno de los Países Bajos busca reducir las emisiones, principalmente de óxido nitroso y amoníaco, en un 50% para 2030. Los agricultores dicen que los están atacando injustamente en comparación con sectores como la industria y el transporte. El punto es que los resultados de estas sorprendentes elecciones pondrían limites a la intención del primer ministro de expropiar campos y liquidar hacienda en aras de una batalla contra el cambio climático que parece solo dispuesta a caer sobre los hombros y los recursos de los agricultores.
Se cree que los resultados obligarán a la coalición de Rutte a optar por trabajar con un bloque de tendencia izquierdista con ambiciones ambientales o con el mismísimo MCC. Probablemente deberá suavizar las políticas relacionadas con la reducción de la contaminación por nitratos. "Esperemos encontrar soluciones que beneficien a nuestro entorno natural y que brinden una perspectiva a los agricultores, especialmente a los jóvenes que buscan un futuro sostenible", reconoció Frans Timmermans, jefe de Clima de la UE, mientras felicitaba al MCC por el "increíble resultado."
De acuerdo, la Argentina no es Países Bajos ni nuestra historia, educación, uniformidad de criterios y demás características se parece a los rasgos distintivos de esta nación europea. Somos aislacionistas, individualistas, desordenados, muchas veces indolentes, con gran atomización de historias previas en materia de formación y posición frente a determinados temas. Tenemos un alto porcentaje de la población que ha sido acostumbrado a recetas populistas y a cierto rechazo a todo lo que tenga que ver con el agro, alentado por dirigentes que ostentan ideologías que han desaparecido en gran parte del planeta.
Pero estos son dos ejemplos para reflexionar. En un camino de 30 casilleros, por buscar una figura que grafique el presente, recién estamos recorriendo los primeros dos. La tarea que tendríamos enfrente es titánica. Pero el camino más largo empieza por el primer paso. Algo habrá que hacer.