Breve lección de economía argentina. 1. Cuando al campo le va bien a las autoridades monetarias también. 2. Cuando a los sectores que son consumidores seriales de divisas les va bien las autoridades monetarias tienen un problema que, en la actual coyuntura, sólo puede derivar en dos cursos de acción. 2.1. Restringir las importaciones y el giro de utilidades al exterior (esto último es útil además para promover inversiones internas forzosas por parte de empresas apuradas por deshacerse de “Billetes de Estanciero”). 2.2 Promover una recesión –vía suba de tasas de interés– para provocar, de manera indirecta, una disminución de la demanda de dólares (medida además útil para intentar poner paños fríos a la inflación).
En otras circunstancias cualquier problema de disponibilidad de divisas podría solucionarse promoviendo exportaciones o inversiones. Pero para eso se necesitaría un cambio cultural profundo (que está bastante lejos de las posibilidades inmediatas).
Lo concreto es que vivimos una dicotomía esquizoide. Las noticias negativas que están apareciendo –por ejemplo– en lo que respecta a ventas de electrodomésticos y patentamientos de autos, si bien son pésimas para la gente que trabaja en ambos sectores, son buenas noticias para el Banco Central (BCRA) porque eso implica una menor sangría de los dólares necesarios para mantener a raya los dos tipos de cambio vigentes (el oficial y el “blue”).
En lo que va del presente año el campo sigue aportando los dólares necesarios para que funcionen todos los sectores de la economía argentina. Los problemas de déficit de divisas que tenemos no son producto de una mala cosecha o de precios internacionales en descenso, sino de una crisis de confianza política (la cual sólo comenzará a revertirse cuando tal crisis desaparezca).
En el primer trimestre de 2014 el ingreso neto de divisas (cobros por exportaciones – pagos por importaciones – utilidades giradas al exterior) generado por los sectores “oleaginosos y cereales” y “otras actividades primarias” fue de 5393 millones de dólares (M/u$s) versus 5275 M/u$s en el mismo período de 2013.
Buena parte del aumento interanual se explica por el adelantamiento de ingresos de créditos de prefinanciación de exportaciones realizados por compañías exportadoras de commoditiesagrícolas a pedido del BCRA.
En segundo lugar se ubicó el sector “alimentos, bebidas y tabaco” con 1348 M/u$s ingresados en enero-marzo de este año versus 1484 M/u$s en el primer trimestre de 2013. Los datos corresponden al último Balance Cambiario publicado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA).
El tercer lugar del ranking fue para el sector “minería” con divisas netas ingresadas en los primeros tres meses del año por 832 M/u$s contra 1193 M/u$s en el mismo período de 2013.
El aporte del sector minero es un fenómeno reciente. En 2004 el entonces presidente Néstor Kirchner dejó sin efecto la obligatoriedad de liquidar en el mercado local divisas provenientes de productos exportados por las compañías mineras. Pero a fines de octubre de 2011 Cristina Fernández de Kirchner restableció esa obligación.
Los demás grandes sectores de la economía argentina consumen muchísimos más dólares de los que generan y son “subsidiados”, en términos cambiarios, por el sector agroindustrial.
En los tres primeros meses del año el sector automotriz necesitó “absorber” divisas por 1041 M/u$s para poder desarrollar su actividad, mientras que la industria química requirió 1096 M/u$s y el comercio 1256 M/u$s (ver planilla). El sector energético también es (crecientemente) deficitario.
Un problema adicional es que, debido al tipo de cambio oficial artificialmente bajo promovido hasta comienzos de este año por el gobierno, el turismo exterior –tal como ocurrió a fines de los ‘90– se desbordó: el balance cambiario del sector turístico registró un déficit de 1549 M/u$s en el primer trimestre del año.
Desde 2012 el gobierno nacional restringe además la posibilidad de girar divisas al exterior. El dato es que en lo que va de 2014 la mayor parte de las utilidades –69 M/u$s– fueron giradas por las empresas mineras.