El agro de la India fue el más favorecido por la Revolución Verde (décadas del ’60 / ’70) entre los países en desarrollo. La utilización masiva de fosfatos, nitrógenos y pesticidas en la producción agrícola india permitió un salto de productividad de extraordinaria proporciones.
En 1966/67, la producción de trigo y leche era menos de un tercio de la norteamericana, y en 2013 / 2014 era 60% superior.
En la etapa posterior a la independencia (1947-1960) el subcontinente experimentaba una situación de escasez crónica alimentaria, y en 30 años logró la autosuficiencia granaria, a pesar de aumentar dos veces y media la población.
La contrapartida del éxito de la “Revolución Verde” ha sido una producción centrada en la cosecha de granos, insostenible por su intensidad en el uso de tierra, agua y fertilizantes.
China y Brasil utilizan 60% de sus recursos de agua fresca para la producción agrícola, en tanto India usa más de 90% de ellos, tendencia insustentable en los próximos 10 años.
La tierra fértil cultivable era 35 hectáreas per cápita en 1960 y ahora es menos de una hectárea. La tasa de crecimiento poblacional india es superior a la de China y en 15 años será el país más poblado del planeta (1.500 millones).
La disponibilidad del recurso hídrico es todavía más insustentable, sobre todo en términos per cápita. Era 4.000 metros cúbicos por persona y año en 1960, y ahora se ha hundido a menos de 1.000 m3 en 2015.
La característica central del sistema hídrico indio es su virtual dependencia –más de 90%– del errático régimen de lluvias del monzón, ejemplo extremo del sistema pluvial de los trópicos.
La concentración del agro indio en la producción de cereales (trigo, arroz) está en contradicción directa con la tendencia central de la época al vuelco masivo hacia el consumo de proteínas cárnicas (transición dietaria).
Esto hace que la concentración de los recursos (agua, tierra, fertilizantes) en la producción de trigo y arroz, que abarca a las mejores regiones agrícolas del país, sea claramente insustentable en el mediano y largo plazo.
Aún así, y a pesar de la “Revolución verde”, la productividad de la producción de cereales en India es significativamente menor que en China. En el arroz, los rendimientos son 46% menores que los de la República Popular, y los del trigo 39%. Incluso los rendimientos cerealeros de la mayor parte de los estados indios son inferiores a los de Bangladesh, el estado más pobre del subcontinente.
El retraso del agro indio se revela en el hecho de que ocupa más de 700 millones de trabajadores que producen sólo 17% del PBI total.
Lo significativo es que la industria manufacturera representa un PBI inferior al agrícola (15% del total), porque es un sector todavía más afectado que el agro por la densa trama de regulaciones burocráticas y el peso depresivo de una ruinosa infraestructura, virtualmente en colapso.
FAO / OCDE estima que más del 40% de la producción de alimentos indios, se pierde en los primeros 6 meses, por la falta de cadenas de frío, la corrupción generalizada de la burocracia y la desidia del sistema institucional.
India es hoy el país que tiene el mayor porcentaje de población desnutrida del mundo, con más de 300 millones de campesinos en esas extremas condiciones; y esto sucede en el país que ha sido el más exitoso en términos de la “Revolución Verde” en el siglo XX.
Clarín