La implantación de girasol, en el centro-norte santafesino continuó paralizado, sólo en algunos lotes puntuales se concretaron resiembras, debido a los problemas en la fase de emergencia de la oleaginosa, tales como: falta de agua útil en la cama de siembra, presencia de palomas y ataques que se incrementaron en las zonas o parcelas cercanas a los montes, informó la Bolsa de Comercio de Santa Fe.
Hasta la fecha se completó satisfactoriamente el 68 % de la superficie proyectada. La intención de siembra para la campaña de cosecha gruesa 2024/2025, se estimó en alrededor de 138.000 ha, con un incremento del 4 %, en comparación con la del año anterior.
La implantación de maíz temprano, en los distintos departamentos del centro-norte santafesino, continuó suspendida. La intención de siembra es menor en un 20 %, respecto a la campaña pasada, por lo que se alcanzarían 76.000 ha.
Con el paso de las jornadas, los pronósticos de precipitaciones no se concretaron, los milímetros necesarios para cada sector santafesino no se produjeron, en la época de mayor demanda de agua útil de los cultivares en evolución y las ventanas óptimas de siembra se acortaron, ante lo cual, en el sector productivo aumentaron los interrogantes, la incertidumbre, siembra o no siembra, posibilidades de implantación de otros cultivos u otras planificaciones, con nuevas expectativas.
TRIGO
Las características ambientales de la semana, similares a las de la anterior, mayor cantidad de horas luz, temperaturas máximas elevadas para la época del año, jornadas ventosas de dirección norte y principalmente, ausencia de precipitaciones en toda el área de estudio, incidieron en la evolución de los trigales, en sus diferentes etapas fenológicas, que se encontraban y encontraron en estado crítico, ya que las fases de floración e inicio de formación de granos, fundamentales en el desarrollo del cereal, demandaron un mayor volumen de agua, ausente en los perfiles.
La situación se acentuó en la zona centro oeste y noroeste del SEA, donde aumentaron los síntomas de déficit hídrico, como amarillamiento foliar, irregular evolución de las plantas, menor desarrollo en altura de los ejemplares y como consecuencia, cultivares irregulares, no uniformes.
El 50% de los trigales se encuentra en estado bueno o excelente; el 32% de levemente regular a regular y el 18% en estado malo.