En el norte patagónico, pequeños y medianos productores empacan su fruta en instalaciones propias, verificadas por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), que controla la sanidad e inocuidad.
Juan Carlos Galván, productor de cerezas y pelones, contó que tiene una chacra en Centenario desde el año 1998. En la misma tenía duraznos, ciruelas y manzanas, sacó todo y se quedó con cerezas y pelones. En el año 2010, se reconvirtió, puso una cinta clasificadora y una cámara más para empacar su propia fruta.
"El resultado fue bueno, había que mejorarlo e hicimos una pequeña inversión", sostuvo Galván y resaltó que "no mando más fruta al empaque, la trabajo desde la chacra, tratando de cumplir siempre con todas las nomas que se están establecidas lo que posibilita poder comercializar la fruta mejor y de manera legal".
En este sentido, destacó: "Hemos tenido una ayuda muy buena de los técnicos del Senasa Neuquén".
Por otro lado, Galván contó que "los productores de cerezas tienen un esquema parecido al mío algunos, incluso un poco más sofisticados ya con una clasificación por tamaño"
"Uno tiene que tener en cuenta que lo que está haciendo es comida y para eso hay que cumplir las normas para dar seguridad al que va a comer una cereza o un pelón que es fruta saldable", detalló Galván y agregó: "Acá tratamos de cumplir con las normas de Buenas Prácticas Agrícolas".