En el proceso productivo agropecuario, como en otros ámbitos de la industria y del comercio, el consumidor final demanda las características que deben tener los productos. Goza del derecho a conocer absolutamente el producto que adquiere para consumir, su procedencia, el procesamiento que ha tenido, a qué lote corresponde, la fecha de fabricación o envasado, su código de identificación, entre otros datos.
Frente a esta realidad, las empresas agroindustriales deben garantizar la trazabilidad de sus productos, es decir, tener registro, certificación y control de los procesos, desde la procedencia de las materias primas con las que se elaboran sus mercaderías hasta el producto final en la góndola.
La trazabilidad “es un proceso en el cual se registra toda la información correspondiente a los elementos involucrados en el historial de un producto, desde el comienzo hasta el final de la cadena de comercialización”.
Las herramientas de Agricultura de Precisión no son ajenas a este proceso, ya que permiten registrar datos georreferenciados de todas las actividades que se realizan en la producción. Esa información obtenida después se relaciona directamente con los antecedentes del producto y se confecciona un historial que contiene datos registrados en las distintas etapas del proceso productivo. Ese historial incluye datos como: fechas y horas de los procesos, ubicación geográfica, tratamientos aplicados a las materias primas, volumen de aplicación (herbicidas, plaguicidas, fertilizantes, semilla, enmiendas, etc.), personal que manipula el producto en cada eslabón productivo, el tipo de producto y la variedad, entre otros datos.
Trazabilidad en la siembra
Los monitores de siembra, brindan la posibilidad de ingresar datos como nombre del lote, nombre del operario, localidad, variedad a sembrar, fecha, además de permitir determinar con gran precisión, a través de sensores, la densidad de semilla y la dosis de fertilización que se esté aplicando en el lote. Este equipamiento, acompañado de un GPS brinda la posibilidad de registrar la información de cada lugar del lote, logrando la confección de un mapa de siembra o aplicación georreferenciado.
Trazabilidad en la pulverización
Desde el punto de vista de la inocuidad del producto, es de interés controlar y registrar la cantidad y volumen de fitosanitarios aplicados a la materia prima para lograr un producto final libre de tóxicos químicos.
Las computadoras de aplicación que se utilizan en las pulverizadoras brindan un registro de la aplicación que se realiza en los cultivos y barbechos. Además, al contar con GPS, posibilita tener el registro de la aplicación en forma de mapa georreferenciado. A partir de esta herramienta se puede tener una trazabilidad fitosanitaria del cultivo y el lote, donde quedara registrado y certificado el momento, lugar de aplicación, el producto que se utilizó y la dosis aplicada. Además también es posible contar con el registro de las condiciones ambientales en las cuales se aplica dicho producto.
Trazabilidad en la cosecha
A través de los diferentes monitores de cosecha se generan mapas de rendimiento en tiempo real. Estos informan el rendimiento y la humedad del grano, superficie cosechada, kilogramos por lote, promedios, velocidad de trabajo, entre otros datos, que acoplados a un GPS son georreferenciados y almacenados en una tarjeta de memoria. Esta información de gran importancia, ya que permite tener un seguimiento del lugar de procedencia de los granos que pasarán a ser procesados para diferentes usos.
Relación entre calidad de grano y trazabilidad
Desde el año 2006, el equipo de técnicos del Proyecto Agricultura de Precisión del INTA viene realizando pruebas con el monitor de calidad “Zeltex” Accu Harvest®, logrando buenos resultados en cebada, trigo y soja.
Este sensor brinda un aporte importantísimo a la trazabilidad de diferentes granos indicando la calidad que pueden presentar los mismos en cuanto a proteína y aceite, dependiendo del que se esté cosechando.
Conclusión
La trazabilidad es una herramienta útil y necesaria en la cadena agroalimentaria, dado que permite garantizar la protección de los consumidores y detectar fallas en la seguridad alimentaria. Además, facilita a los operadores el control de procesos y gestión interna, contribuye a la certificación o acreditación de productos, a la localización rápida de partidas con problemas y a la toma de decisiones en tiempo y forma.
A los consumidores, la existencia de estos mecanismos de control les brinda transparencia y confianza.
Las herramientas de Agricultura de Precisión permiten garantizar y en cierta manera certificar mediante el registro, el control en la producción primaria. De este modo, es posible identificar la procedencia de los granos y diferenciar su calidad y valores a partir de su trazabilidad de procesos.