Cada crisis vivida, tuvo sus propias dinámicas como las que estamos viviendo en la actualidad, pero todas tuvieron un denominador común, es la falta de confianza.
Es complicado sin un plan de estabilización y repitiendo medidas que fracasaron en crisis anteriores y sin acuerdos ni diálogos políticos salir de este atolladero.
El humor social refleja fatiga, desánimo y no visualiza futuro, es por eso que la sociedad se refugia en sus afectos, en sus problemas y conflictos permanentes y no cree en las soluciones que los políticos esbozan.
Una dirigencia política enfrascada en sus propias necesidades y defendiendo en que lugar van a estar mejor posicionados en la carrera electoral.
Un sindicalismo mudo, en crisis anteriores se movilizaban y llamaban a paros nacionales, recordemos que a Raul Alfonsin afrontó 13 paros, Carlos Menem 8, Fernándo de la Rúa 8, Eduardo Duhalde 2, Nestor Kirchner 1, Cristina Kirchner 5, Mauricio Macri 4 y Alberto Fernández ninguno.
Transitamos un escenario político social paralizado ante una crisis que sigue haciendo crecer el número de pobres, y miramos como precandidatos a presidentes corren hacia Bariloche para explicarles a las corporaciones empresariales, cuales son sus planes si llegasen a ocupar la primera magistratura.
Lo que la política no puede explicar, es porqué no pueden generar un diálogo franco y de cara a la sociedad, para encontrar nuevos mecanismos y acciones para poder encarar el tema recurrente en la historia argentina, la inflación.
En unos de los capítulos del libro de Juan Manuel Abal Medina "Conocer a Peron", refleja una reunión entre el entonces Presidente Peron con el titular de la Central de Trabajadores Adelino Romero, el motivo del encuentro año 1974 meses antes del fallecimiento del general, era la inflación y que el salarios de los trabajadores quedaban rezagados ante el aumentos de precios, para lo cual el Presidente le solicitaba a los trabajadores que sean ellos los custodios de los precios máximos que se había instaurado.
Cincuenta años después, el Secretario de Comercio Interior Matias Tombolini utiliza las mismas recetas y acusa a los comercios de cercanía y a los supermercados chinos de ser los responsables de la estampida de precios.
El seguir subestimando la inteligencia ciudadana, agiganta la colisión que ya el país está viviendo y que puede agravarse si las acciones y metodologías son siempre las mismas.
Diciembre 10 esta lejos, estamos viviendo el día a día y cuando el dolar marca la agenda pública, los problemas se acrecientan y el estallido social se puede volver una realidad.
