Desde aquel fin de semana febril que se cerró con la sorpresiva designación de Silvina Batakis al frente del Palacio de Hacienda, luego de que esos dos días sonara insistentemente la posibilidad de que el presidente de la Cámara baja asumiera en el gabinete nacional, es que quedó claro que Sergio Massa tenía la certeza de que más temprano que tarde en el Gobierno se avendrían a aceptar sus condiciones y entonces sí desembarcaría en el Gobierno nacional.
"Hasta la próxima crisis", interpretaron muchos cuando el tigrense apareció dos días después conduciendo la sesión de la Cámara baja. Sesión en la que no por nada, en un pasaje de la misma aprovechó Massa para señalarle a un interlocutor de la oposición que estaba muy conforme donde estaba, haciendo su trabajo.
Y en efecto, más temprano que tarde la posibilidad volvió a plantearse: ahora. De manera tal que el lunes ya muchos daban por seguro el desembarco de Sergio Massa en el gabinete; ya no al frente de un superministerio de Economía, sino de la Jefatura de Gabinete. Pero pasaron las horas y la novedad no fue confirmada. Al día siguiente volvieron los rumores -aún más intensos- y sonó fuerte el dato de que Massa se había cruzado al Senado por la tarde para reunirse con la vicepresidenta de la Nación. La información despertaba singular expectativa habida cuenta de que la opinión de Cristina Kirchner se interpreta como decisiva para la posibilidad o no de que su fugaz jefe de Gabinete de 2008/2009 vuelva a ocupar ese lugar.
Sin embargo desde el entorno de Massa negaron esa reunión. Lo cual, tampoco daba demasiadas certezas: se sabe de la tirria de la vicepresidenta a que trasciendan esos encuentros.
Se haya o no realizado la reunión, lo cierto es que las negociaciones para habilitar el desembarco de Sergio Massa en el gabinete se desarrollaron a lo largo de toda la jornada y hasta trascendieron detalles.
Muchos dieron por confirmado que el presidente de la Cámara baja asumiría en el lugar de Juan Manzur, quien pasaría a Cancillería, lo cual terminaría confirmando la poca relevancia que el Gobierno de Alberto Fernández le da a ese ministerio, donde ubicó en primer lugar a Felipe Solá -más como para garantizarle un cargo de relevancia a un aliado que por afinidad del exgobernador con ese puesto-. Y luego se usó como recambio Premium para Santiago Cafiero cuando hubo que correrlo de la Jefatura de Gabinete tras las PASO. ¿Y ahora? Cafiero volvería a la Casa de Gobierno -donde Alberto siempre lo quiso-, como secretario general de la Presidencia, en tanto que otro amigo de Fernández, Atilio Vitobello, pasaría a otro cargo: ¿jefe de asesores?.
Mientras muchos daban por cierta esta versión, el tucumano Manzur aclaraba que no pensaba ir a la Cancillería. Si bien ya no está cómodo en la Jefatura de Gabinete, es eso o nada, parece.
Según pudo saber parlamentario.com ya bien tarde, la llegada de Massa a la Jefatura de Gabinete estaría confirmada, pero no con la composición actual de esa dependencia. Se reviviría la experiencia que encabezó durante la gestión anterior Marcos Peña habilitando dos vicejefes de Gabinete. Uno sería más político y respondería al presidente Alberto Fernández, y otro a la vicepresidenta, del ala económica. Así, el experimento que pondría en marcha el Gobierno sería una suerte de "triada".
El tema es que esta propuesta no le estaría cerrando a Sergio Massa, y las negociaciones continúan. "La charla sigue abierta", deslizó una fuente consultada por este medio. La misma fuente aclaró que si no hay acuerdo, la Jefatura de Gabinete sería para otro gobernador: Jorge Capitanich, quien también ocupó ya ese cargo para Cristina Kirchner, entre 2013 y 2015. Se verá.