La liquidación de divisas de marzo fue de USD2.800 millones, según pudo reconstruir este medio a partir de consultas con analistas privados y fuentes del sector exportador. Esta cifra representa un incremento de USD300 millones respecto de febrero y es el mejor registro histórico para ese mes.
En un escenario con fuertes subas en la cotización de los granos, el maíz lideró los despachos del complejo agroexportador. De esta manera, y sumando también las ventas de enero y febrero declaradas por la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), el primer trimestre del año acumuló una liquidación total de USD7.741, que implicó un crecimiento de USD1.291 millones en relación con el mismo período de 2021.
Este número se conoce en un contexto complejo para la macroeconomía, ante una escasez de divisas que amenaza con impactar en la actividad industrial. A la par, en el escenario político, la suba de 2% en los derechos de exportación de aceite y soja tensó aún más la cuerda en la relación entre campo y el Gobierno.
El precio de granos y subproductos trepó a niveles históricos tras el inicio del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, una situación que se reflejó en las ventas de ambos. De acuerdo con una proyección elaborada por el consultor en agronegocios Pablo Adreani, el maíz traccionó las ventas, con un volumen de envíos de 4,73 millones de toneladas y una facturación de USD1.515 millones.
El segundo puesto en ingreso de dólares correspondió al trigo, que registró operaciones por 2,05 millones de toneladas y USD759 millones, seguido por el aceite de girasol, con 89.279 toneladas y USD191 millones, de acuerdo con las estimaciones realizadas por Adreani.
La contracara a este panorama favorable de ingreso de dólares se presenta por la merma en la campaña sojera 2021-2022, que ya encendió algunas luces de alarma en la industria y la disputa entre la Casa Rosada y las entidades gremiales por los derechos de exportación. El polo de molienda emplazado en el puerto rosarino espera un año dificultoso, con una caída en la producción de soja que tendrá un piso de 6 millones de toneladas.
Este desplome se extiende a nivel sudamericano, con recortes de 15 millones de toneladas en Brasil y de 5 millones en Paraguay. En el ámbito político, los impuestos al campo dividen las aguas en el seno del oficialismo. Por un lado, la Secretaría de Comercio Interior apuesta a una suba de las retenciones en granos, mientras el Ministerio de Agricultura (en cada ocasión que se le presenta) descarta modificaciones en ese impuesto.
Por Andrés Lobato