Numerosos estudios del INTA dejan en claro que el principal objetivo durante la cosecha de maíz debe focalizarse en lograr que el cabezal trabaje de la mejor manera posible. Demostrado a partir de la cuantificación de las pérdidas de grano generadas por la cosechadora, más del 70 % del total es producido por el cabezal maicero.
Vale destacar que se han observado casos donde tal porcentaje es realmente menor, pero al analizar el porqué de tal realidad, se concluye que se incrementaron las pérdidas por la cola de la máquina debido a un deficiente trabajo del cabezal, o un mal estado del cultivo.
Granos y espigas sueltos
Con la cosechadora a pleno régimen, y lejos de las cabeceras, resulta provechoso observar el trabajo realizado por el cabezal maicero. Cuando es posible ver granos que saltan por encima del cabezal y hacia el suelo se debe revisar la separación, o luz, entre las chapas espigadoras. Cuando ésta es excesiva, ocurre que los rolos “muerden” la base de las espigas y allí es donde se produce el desprendimiento de granos. Está claro que si esto ocurre debemos acercar las chapas, es decir disminuir la luz entre ellas de modo de no permitir que las espigas puedan pasar por ese espacio y llegar a los rolos.
También debemos observar si existe caída de espigas enteras al suelo, que no son captadas por el cabezal. Esto no es tan sencillo de observar en pleno movimiento pero puede hacerse deteniendo la cosechadora y buscando las espigas debajo de la máquina para diferenciarlas de las que puedan perderse por la cola. Por favor, no intente hacerlo con la máquina funcionando, a nadie le dio buenos resultados.
Equipamiento disponible
Tenemos hoy disponibles en el mercado argentino cosechadoras equipadas con sistemas que permiten regular desde la cabina del operador algunos parámetros de la plataforma:
- La velocidad de los rolos y las cadenas acarreadoras según la velocidad de avance.
- La luz de separación entre las chapas espigadoras, ya vimos la importancia de esta regulación.
- Altura y nivelación del maicero, incluso en algunos modelos el control y la regulación son automáticos gracias a unos sensores que realizan una lectura contra el suelo y envían la información a un módulo y éste a su vez, controla los actuadores (generalmente hidráulicos).
Esto representa una gran ventaja en dos sentidos, principalmente:
- Los ajustes manuales de la puesta a punto requieren de un determinado tiempo, hacerlas en forma rápida y sencilla es un ahorro de tiempo, el cual se gana en trabajo neto.
- Facilita los reajustes durante la jornada de trabajo. No sería novedoso que lotes irregulares requieren ajustes de algunos parámetros para mantener en niveles óptimos los índices de calidad de cosecha. Cuando estos ajustes requieren la detención de la máquina y ocupar tiempo, muchas veces no se hacen. Se producen así mayores pérdidas de granos a causa de la plataforma.
Otro aspecto importante que ofrecen algunos cabezales es la presencia de capots laterales que disminuyen las pérdidas por este sector de la plataforma cuando las espigas están altas. También colaboran en este sentido los tornillos sin fin colocados en la parte superior de los capots laterales, que equipan algunas plataformas en nuestro mercado.