La medida pretende promover una desaceleración de los precios minoristas de los cortes de carne bovina por medio de reducción de los valores de la hacienda (que, en teoría, debería producirse al derivar la oferta exportable al mercado interno).
Directivos de frigoríficos exportadores optaron por adelantar vacaciones y suspender personal en el marco del régimen de garantía horaria (que asegura un salario mensual equivalente a 140 horas). El objetivo es ganar tiempo hasta que el negocio vuelva a contar con una mínima previsibilidad.
La semana pasada la filial local del grupo brasileño Marfrig procedió a cerrar la planta frigorífica localizada en el pueblo santafesino de Hughes (los casi 500 operarios de la unidad permanecerán, según indicó Marfrig, en garantía horaria por un plazo de al menos dos meses).
Ayer jueves el jefe de Gabinete Jorge Capitanich recibió a representantes de Marfrig y al ministro de la Producción de Santa Fe Carlos Fascendini para tratar el caso (ver foto). “Nuestro planteo es que la Nación recupere su vocación exportadora y haga de la carne un negocio interesante, para que estos inversores y otros, que hoy están paralizados, se puedan reactivar”, indicó Fascendini al finalizar la reunión.
“El gobierno nacional se comprometió a darnos una respuesta por el tema puntual de Marfrig en una fecha próxima, pero también nosotros buscamos una respuesta a lo que es la situación en general del sector cárnico en el país”, añadió el funcionario santafesino en referencia al bloqueo vigente para exportar carne vacuna.
La última vez que se aplicó una medida similar fue en marzo de 2010. Pero en ese momento los precios, lejos de caer, siguieron subiendo en línea con la escasa oferta de hacienda presente en el mercado (producto de la súper liquidación de vientres bovinos ocurrida entre 2006 y 2009).
La suspensión de la emisión de licencias de exportación, instrumentada en 2010 por el entonces secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno, lo que sí produjo fue el cierre de muchas empresas frigoríficas (una de las cuales fue la planta que el grupo brasileño JBS tenía en la localidad entrerriana de San José, la cual, luego de ser estatizada en 2012, ahora se encuentra nuevamente en una situación complicada).
En el año 2009, según datos de Ciccra, Argentina produjo 3,37 millones de toneladas res con hueso de carne bovina, la cual destinó en un 18,9% al mercado externo. En 2010 la producción nacional fue de 2,62 millones de toneladas con un componente exportable del 11,8% del total.
En 2013, siempre según Ciccra, la producción argentina fue de 2,87 millones de toneladas res con hueso, de las cuales apenas un 6,9% se destinó a mercados externos.
En el ámbito productivo, en caso de extenderse la suspensión de la emisión de ROEs Rojos, los principales perjudicados serán los productores (o creyentes a esta altura del partido) de novillos pesados para exportación (cuyo valor actual de referencia se ubica en torno a 28 $/kg gancho).