Con las reservas del Banco Central (BCRA) en situación crítica y la oferta privada prácticamente desaparecida en el mercado cambiario como resultado de las expectativas de devaluación la mesa de operaciones recurrió ayer a decisiones extremas para intentar moderar la sangría de divisas que sufren las arcas de la entidad. A partir de ayer y hasta nuevo aviso, las empresas que quieran hacer compras por más de u$s 50.000 deberán liquidar exportaciones por el mismo monto, es decir, "1 a 1". A pesar de el refuerzo al cepo importador la entidad que conduce Alejandro Vanoli vendió ayer u$s 175 millones y las reservas perdieron u$s 232 millones hasta llegar a los u$s 25.174 millones.
Las reservas del BCRA no detienen su deterioro. En sólo dos días hábiles que van del mes de diciembre retrocedieron u$s 325 millones y caen u$s 6579 millones en lo que va del año.
Resignado, Vanoli sólo atina a tomar medidas sucesivas que intentan afinar el chorro de dólares que se escurren de la entidad, pero no a cerrar la canilla. El presidente del BCRA que ayer mismo arrojó dudas sobre su continuidad al frente del mismo está atrapado entre la necesidad de dejar correr las compras políticamente sensibles –como las de dólar ahorro y dólar tarjeta– y administrar los pocos dólares líquidos que le quedan.
Las estimaciones privadas no le asignaban más de u$s 3600 millones líquidos a mediados de noviembre, algunos de esos cálculos estaban por debajo de los u$s 1000 millones. El resto de las reservas son yuanes aún no utilizables, encajes de depósitos, deuda inmovilizada por el juez Thomas Griesa y otros activos sin posibilidad de uso.
Y para mantener al mercado operando al menos a niveles mínimos casi no cuenta con ayuda de privados. Las expectativas de devaluación, reforzadas tras el triunfo del frente Cambiemos, retrasan la oferta de divisas por parte de exportadores y otros potenciales oferentes que prefieren esperar hasta después del anunciado salto del dólar para recibir más pesos por sus tenencias.
El agro liquida cerca de u$s 20 millones de exportaciones al día frente a los u$s 150 millones diarios que llegó a ingresar en el mejor momento de la cosecha.
Por eso, tras la primera vuelta la mesa del BCRA decidió de manera informal que toda compra mayor a u$s 50.000 debería ser informada con anterioridad, luego empezó a rechazar cada vez más operaciones y, ayer, decidió establecer este nuevo "1 a 1" como el que supo impulsar el, ex secretario de Comercio Guillermo Moreno. También publicó una serie de resoluciones que forzaron a los bancos a darle sus divisas en efectivo a cambio de dólares encajados en reservas, pero las entidades prometieron ir a la justicia.
"Lo que nos explicaron es que las compras por encima de los u$s 50.000 tienen que ser calzadas. Es decir que las empresas van a tener que entrar un dólar por cada dólar que compren, de alguna forma de exportación", dijo un operador cambiario.
Pero no importa cuanto trabe la operatoria, las ventas del BCRA no cesan. En noviembre debió poner u$s 2065 de sus reservas, u$s 114 al día, para suplantar la oferta privada.
"Hoy (por ayer) pone u$s 67 millones para dólar ahorro, pero hay otros u$s 100 millones más de tarjetas de crédito y débito en dólares que no paran de aprovechar el dólar barato", dijeron en un banco.
