La capacidad de trabajo de las cosechadoras de granos puede ser evaluada con dos parámetros, que no son excluyentes entre sí. De hecho pueden complementarse. Por un lado está la cantidad de hectáreas por hora (ha/h) como en la mayoría de las máquinas; pero si consideramos que esta máquina, además de cubrir ha, tiene una tarea que cumplir mientras se desplaza sobre el terreno, debemos considerar también su capacidad para procesar todo el material que entra por el embocador. Recordemos que su trabajo debe ser de calidad, el grano obtenido debe estar sano y limpio para no enfrentar problemas en la comercialización.
La velocidad de avance será siempre la máxima posible, y este máximo estará determinado por el nivel de pérdidas que se observe en el campo. Si la máquina avanza muy rápido las pérdidas de grano crecerán exponencialmente.
El límite de velocidad estará dado entonces por la capacidad que la máquina tenga para trillar y limpiar adecuadamente los granos. Esto, marca un máximo de flujo de material cortado (en el caso de trigo/soja) que debe entrar por el embocador, llamado muchas veces Indicie de Alimentación Total (IAT). Para un mismo ancho de corte y velocidad de avance, este índice aumentará cuando el rendimiento sea mayor en algún sector del lote. O, con rendimiento parejo, cuando la velocidad de avance aumenta.
En pleno campo
A la hora de trabajar el uso práctico de este concepto consiste en mantener el flujo de material dentro de la cosechadora sin superar el máximo posible. Entonces, en función del rendimiento del cultivo en cada sector del lote, el operario debe ajustar la velocidad de avance, podrá aumentarla en los sectores de menor rendimiento y deberá reducirla en los mejores sectores.
Hoy en día, gracias a la electrónica, es factible realizar estos ajustes de un modo más preciso y seguro. Además del monitor de rendimiento, existe la posibilidad de contar con sensores en el embocador. En ambos casos la información puede ser contrastada con la potencia del motor consumida. Así puede también regularse la velocidad de avance según la exigencia que el motor tiene.
Algunas máquinas, de las más completas, permiten configurar la regulación automática de la velocidad de avance de la máquina en función de los diferentes parámetros leídos en cada uno de los sensores.
¿Cómo defino el IAT?
El IAT de cada máquina está determinado por las características intrínsecas de cada modelo. En primer lugar, la potencia máxima del motor, pero también influyen el tamaño del cilindro de trilla, el ángulo de envoltura del cóncavo que define el área de trilla en las máquinas de trilla transversal o convencional. También influyen claro está las áreas de separación y limpieza. Cilindros transversales más anchos permitirán trillar más granos en cada vuelta, lo mismo ocurrirá con los rotores axiales, si son más largos ofrecerán mayor superficie de trilla y separación.
Está claro que no se trata de una condición alterable por el usuario, es una característica de la máquina. Del usuario depende que esta característica sea aprovechada al máximo.