El fertirriego consiste en la aplicación de fertilizantes sólidos (diluidos) o líquidos en los cultivos por los sistemas de riego presurizados o por goteo. La expansión de esta técnica en nuestro país está asociada al uso de equipos de riego, que está en franco crecimiento.
Si bien tiene poca difusión, sus ventajas son numerosas. En el caso de los cultivos extensivos, el fertirriego reduce los costos de la aplicación del fertilizante por hectárea al hacerse las dos operaciones en una sola, ya que se utiliza el mismo equipo de riego. Este ahorro en el costo trae aparejado otra ventaja. El fertirriego permite reducir el impacto por compactación o el daño en los cultivos.
"Cuando se pasa el fertilizante al voleo se utiliza una pulverizadora o un tractor y esto puede provocar daños por pisado. Por ejemplo en trigo, cuando está en floración no sería recomendable entrar al lote", explicó Martellotto, ingeniero del Inta Manfredi.
Por otra parte, permite manejar el momento de oportunidad de aplicación, secuenciándola en varias etapas, por ejemplo a la siembra y en el llenado de granos, y mejorar de esta manera el nivel de proteína. También es una buena estrategia económica para diversificar los riesgos. "Si el maíz está en 410 o 612 hojas y cae una granizada cuando ya apliqué todo el fertilizante, perdí todo. En cambio, si divido la incorporación en tres o cuatro, lo que no se usó se ahorró", destacó el ingeniero.
Con respecto al equipo, Martellotto consideró que se deben tener en cuenta dos cuestiones para evitar errores:
1) Se tiene que introducir una dosis uniforme para que sea aplicado en forma uniforme, porque ocurre muchas veces que con sistemas Venturi o Centrífuga se producen variaciones en las dosificaciones; mientras que los sistemas de bomba a pistón de carrera variable son más eficientes porque no dependen de los cambios de presión o de la cantidad de agua que pase por el equipo, porque el pistón se introduce siempre la misma cantidad de fertilizante.
2) Pluviometría. Tiene que haber uniformidad de aplicación de la lámina. "Un pivote de un determinado radio que tiene 600 metros tiene que tirar en cada tramo diferente ´lluvia instantánea´ para compensar las diferencias de velocidad tangencial. Variaciones en la uniformidad de la lámina provocará variaciones en la dosis de fertilizante a aplicar, como se observa en equipos que trabajan con diseños de toberas conocidas como ‘huella seca’, con determinada cantidad de agua por unidad de superficie. La tobera tiene una velocidad distinta en la última torre con respecto a la primera. Cuando se diseñan boquillas de riego, se compensa esta diferencia de torre. Si se producen errores en estos diseños, donde se tira poca agua, allí no va ir fertilizante", señaló Martellotto.
El fertirriego también es ventajoso para las vides, olivos y frutales, donde se utilizan equipos por goteo. Martín González, asesor del área de Cultivos Intensivos de Río Negro, Cuyo y Neuquen de Petrobras, enumeró la dosificación de nutrientes, el menor uso de mano de obra y el ahorro de agua.
Irri Management