Los días de infierno que se vivieron en la primera quincena del mes pasado también generaron daños severos en las quintas de la Región dedicadas a las verduras. Por caso, el impactante aumento del precio de la lechuga, que roza los 600 pesos en algunos comercios, se atribuye a la pérdida de buena parte de la producción.
Algunas fuentes de la cadena de valor agrícola también vincularon con el fenómeno climático la suba del precio del tomate durante el mes pasado.
Entonces, se señaló la combinación de la alta temperatura con el efecto de una sequía prolongada que deprimió el nivel de la napa de la que se extrae el agua para riego en los surcos. Entre el 10 y el 15 de enero, se rompió el récord de calor, de 38.4 grados, de 1961. Primero, con 38.6 grados y luego con 41.
No obstante eso, también se advierte que en algunos productos, como el tomate, también se registra un fenómeno de retracción en la superficie cultivada, a raíz del incremento de los costos de producción.
La ola de calor, de alcance nacional, podría golpear hasta los corrales por el impacto del aumento del precio del maíz (pérdidas por la sequía) como insumo en la producción de carne bovina.
También dañó el pasto. Así lo indicaron desde la Sociedad Rural local, que registra alrededor de 330 productores ganaderos en los campos de la Región. Por la sequía y los incendios de enero "disminuyó notablemente la calidad del alimento que puede consumir el ganado bovino y muchos productores perdieron buena parte de su inversión", se indicó desde la entidad a fines de enero. También se marcó que el calor afectó la producción avícola.