Con el objetivo de impulsar la gestión estratégica de los residuos orgánicos del sector productivo, el Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas (IIBYT, CONICET-UNC) realiza una evaluación científico-técnica de su potencial para ser tratado con larvas de Hermetia illucens, un insecto conocido como "Mosca Soldado Negra" (MSN). Esta novedosa tecnología permite obtener una variedad de productos con valor comercial mediante una estrategia sustentable y alternativa al tratamiento habitual de los residuos, la combustión o el enterramiento sanitario.
"La larva de MSN es un insecto que consume el residuo y aumenta unas diez mil veces su peso en sólo quince días. En ese proceso, transforma la materia orgánica en biomasa, principalmente compuesta por grasa y proteína de alto valor nutricional. Al mismo tiempo, el ciclo biológico de la larva implica muchas mudas de su exoesqueleto. Este tiene un alto contenido de quitina que, junto al quitosano, actúan como estimulantes del desarrollo vegetal. Entonces, la producción de larva implica la generación de, al menos, dos productos con mayor valor agregado: un derivado enriquecido en proteína de alta calidad para la alimentación animal (aves, cerdos, peces o incluso mascotas) y una enmienda orgánica para enriquecer y nutrir suelos agrícolas", subraya Agustín Luna, investigador del CONICET e impulsor de este proyecto.
El asesoramiento técnico que ofrece el equipo del CONICET se basa en un protocolo experimental riguroso. Incluye la adecuación del residuo orgánico para ser utilizado como sustrato en la cría de las larvas; el monitoreo de su tasa de crecimiento; el análisis de la composición química de su biomasa y el cálculo del residuo excedente que queda tras el proceso. Con esta información, el productor puede considerar esta estrategia de revalorización de sus residuos por sobre otras alternativas sustentables como el compostaje y los biodigestores
El equipo de científicos que lleva adelante la iniciativa incluye también al investigador del CONICET Raúl Marín y a la becaria Romina Picco, así como al personal de apoyo del IIByT.
"En nuestra línea de investigación, tomamos el bagazo de cerveza como residuo de referencia para comparar la tasa de crecimiento larval obtenida con la que se observa en otros residuos, como el alperujo de aceituna. Este último es el residuo de la extracción de aceite de oliva, compuesto por la pulpa de aceituna y, todavía, entre un 5 y un 10 por ciento de aceite. Uno de nuestros descubrimientos fue que la larva de MSN que crece en alperujo tiene un 60 por ciento de grasa, principalmente de ácidos grasos de cadena corta. Así, tanto por cantidad como por calidad, tiene un gran potencial para fabricar biocombustibles y como aporte calórico para la nutrición animal", anticipa Luna.
Actualmente, el equipo está en vías de evaluar el extrusado proveniente de la elaboración de aceite de jojoba, en vinculación con un importante productor de La Rioja. Aunque los especialistas se enfocan en investigar el desempeño de la larva ante dietas puras, esta estrategia de biotransformación puede aplicarse en una amplia variedad de desechos orgánicos.