El barril Brent, de referencia en Europa, cayó ayer más de 4%, hasta u$s 66,19, en lo que se constituye el tercer mayor descenso porcentual del año y su menor nivel de cierre desde octubre de 2009. En tanto, el barril WTI de Texas se precipitó 4,2% para cerrar en u$s 63,05, el menor nivel desde julio de 2009. Y la expectativa de los mercados es que el crudo aún no encontró su piso de operación.
La fuerte baja del petróleo traccionó hacia abajo a las bolsas globales (ver F&M) y a las materias primas, principalmente las que están relacionadas con el "oro negro" por ser el componente principal de sus sustitutos, los biocombustibles. El maíz terminó resignando en Chicago 1%, hasta u$s 153,6 por tonelada, para la posición marzo 15, aun cuando durante la rueda había marcado máximos para los últimos tres meses de operación. También cayeron los precios del etanol, aunque no a mínimos de los últimos cuatro años.
El daño que le hizo el bajón del petróleo al maíz fue acotado por el respiro que dio el dólar, al frenar su escalada de las últimas semanas.
Por su parte, la soja y el aceite de la oleaginosa resistieron la fuerte caída del petróleo ante los datos que muestran una demanda china más que fortalecida. Así el contrato de la oleaginosa a marzo quedó a u$s 383,4 por tonelada en Chicago.
De acuerdo con datos oficiales, las importaciones de soja sin procesar de Estados Unidos por parte del gigante asiático fueron de algo más de 6 millones de toneladas en noviembre último, 47% por encima de las que habían adquirido en octubre pasado.
Además, hubo rumores de que los chinos adquirieron en las primeras jornadas de diciembre una buena cantidad de toneladas de soja estadounidense para entregar antes de marzo próximo en un intento por cubrirse de posibles problemas logísticos en América del sur. Es que en febrero comienza a movilizarse la cosecha de Brasil, que se espera sea récord, y suele haber problemas para que llegue a los puertos y a su destino final. Algo similar sucedió en octubre con el poroto norteamericano, por lo que China canceló varios embarques y terminó comprando en Brasil y Argentina.