La pandemia de coronavirus causó estragos en los cruceros. La explosión de los contagios en los barcos obligaron a que fueran puestos en cuarentena y no permitieran bajar a tierra ni a los pasajeros ni a los tripulantes de las embarcaciones. Las imágenes le dieron la vuelta al mundo. Un golpe de gracia para la industria del turismo marítimo.
Ahora, en el marco de la "nueva normalidad", que imponen rigurosos protocolos sanitarios para que las actividades comerciales se vuelva a habilitar, las compañías que regentean las principales líneas de cruceros esperan poder recuperar a su clientela y poder volver a funcionar, como lo están haciendo, poco a poco, otros sectores del turismo.
Lo más difícil, tomadas las medidas de prevención del Covid-19, es recuperar a los pasajeros. Cómo convencerlos de que los viajes son seguros y libres de contagios de coronavirus. Para lograrlo, el gigante estadounidense Royal Caribbean, con sede en la ciduad de Miami, lanzó una tentadora propuesta para atraer clientes.
La empresa busca voluntarios para probar las medidas preventivas que dispuso para que los viajes en cruceros se puedan realizar de manera segura y libre de contagios de Covid. De este modo, tienta a los viajeros a que cumplan su tradicional travesía marítima a CocoCay, en la paradisíaca Las Bahamas, totalmente gratis.
La compañía garantiza que el viaje contará con los protocolos que exige el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), organismo que levantó la prohibición para embarcar en viajes de pasajeros el pasado 1° de noviembre. El viaje inaugural está previsto para comienzos de 2021 y ya está siendo promocionado.
Entre los protocolos que presentaron las compañías a la CDC se destaca la inclusión de más médicos a bordo, por si sucede un brote de Covid-19; los pasajeros deben presentar un resultado negativo realizado entre 5 días y 24 horas antes de embarcar; y tanto a empleados como a pasajeros se les tomará la temperatura a diario.
Además, los trabajadores del barco deberán tomar la prueba del Covid-19 en sus países de origen antes de llegar al destino en el que se embarcarán. Una vez en destino, tendrán que realizar una cuarentena obligatoria de siete días, repetir el test y, si este vuelve a ser negativo, recién ahí podrán embarcarse.
El destino de la travesía es CocoCay, la isla privada que la empresa posee en Las Bahamas, que compró a un valor de 225 millones de dólares y que cuenta, además de playas de arenas blancas y. mares turquesas, con un resort con toboganes de agua, varias piscinas y un circuito para volar en globo de helio, entre otras actividades.
Para ser parte del viaje en crucero, los interesados deben participar en "Voluntarios del mar", tal como se bautizó al proyecto, y completar un formulario con datos personales del viajante y sus acompañantes. La atractiva propuesta con la que Royal Caribbean confía poder adaptarse a la nueva normalidad y tentar al turismo internacional.