Los factores que promueven la adopción de esta tecnología incluyen la reducción del costo de la mano de obra y las ventajas inherentes a la automatización de procesos, aumentando la eficiencia, la productividad y precisión en la tarea, instalando un nuevo paradigma para la producción de leche: la vaca manda.
Habiendo arrancado comercialmente en 1992 como una solución para aliviar el trabajo y atender asuntos de sucesión familiar de las pequeñas fincas lecheras en Holanda, se extendió luego por Europa y su uso se aceleró sensiblemente 10 años después, al entender que la tecnología era idónea también para grandes rodeos de vacas lecheras. De hecho, el establecimiento lechero con ordeñe robótico más grande del planeta es Agrícola Ancali, ubicado en Chile, donde se ordeñan unas 5.500 vacas con 92 robots DeLaval distribuidos 6 freestalls con camas de arena.
Adopción exponencial
A nivel global se estima que actualmente hay un total de 50.000 robots en funcionamiento ordeñando alrededor de 3.000.000 de vacas (35% en América del Norte, 30% en Europa, 25% en Asia Pacífico y 10% en el resto del mundo). La marca LELY prevalece con más del 50% del mercado, seguido por DeLaval y GEA, entre una decena de otras marcas (BouMatic, DairyMaster, Fullwood, etc.)
Si bien hay proyecciones de diversa índole, consultando con los actores del sector se estima que la venta de robots se duplica cada 5 años (unos 10.000 robots/año). Es decir que para dentro de un lustro, en 2029, ya habría unos 100.000 robots ordeñando en el planeta. Esto implica unas 60 vacas por robot, unos 6.000.000 de vacas en total, lo que representaría el 5% de las vacas lecheras del mundo o el 15% de las vacas de los principales países exportadores.
Es una curva exponencial de adopción de tecnología donde la capacidad que tengan las empresas fabricantes para sostener este ritmo de ventas, instalaciones y servicio técnico podría limitar la evolución en el futuro cercano.
Entre nosotros
En Argentina también se observa similar tendencia de crecimiento con una duplicación de los equipos cada 2-3 años (ver gráfico "Evolución de venta acumulada de robots"). En 2015 se instaló el primer robot en el tambo del INTA Rafaela, el VMS de DeLaval (lo de VMS va por Voluntary Milking System, es decir, sistema de ordeñe voluntario, en castellano, sigla que quedó incorporada al nombre del equipamiento).
Luego de un comienzo tímido, las ventas empezaron a despegar y ya contamos con unos 280 robots nacionalizados (más otros 75 en proyectos en curso). La mayoría de los grandes proyectos en danza son galpones robotizados; se está levantando uno que podría ser el más grande del mundo una vez terminado. La provincia de Buenos Aires lidera la instalación del ordeñe robótico con 58% del total, le sigue Córdoba con 28%, Santa Fe con el 12%, Salta con el 1,4% y Entre Ríos con el 1%. Los robots instalados son liderados por LELY con el 55%, seguido por DeLaval con el 38%, más atrás GEA con el 6%, y finalmente BouMatic que ingresó recientemente con 2 robots a las estadísticas locales (1%).
Es interesante observar la alta participación de la robotización en los sistemas pastoriles, pero como vemos en el gráfico pertinente la mayoría de los emprendimientos son en freestall y el 73% son tambos confinados en galpones, atendiendo las cuestiones de bienestar animal.
Estimamos que con la llegada de financiamiento bancario a una tasa acorde a la actividad productiva, veremos más proyectos de éste tipo que le pondrán un atractivo condimento al escenario tambero argentino.