Pese a haberse recuperado el área sembrada, la cosecha de trigo en Córdoba caería un 16 por ciento para ubicarse en las 927.238 toneladas, de acuerdo con un primer cálculo provisorio de la Bolsa de Cereales de Córdoba.
Tal volumen representa un nueve por ciento de las 10.350.000 toneladas proyectadas a nivel nacional por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
“Aunque en Córdoba la superficie sembrada sería un 12 por ciento superior al año pasado, no se llegaría a compensar el tonelaje obtenido en la campaña 2012/2013 debido a la caída de rendimiento, estimado en 29 por ciento”, indica el informe difundido por la Bolsa local.
Esa retracción refleja el impacto que tuvieron las condiciones climáticas adversas durante la evolución del cultivo.
El informe indica que el 80 por ciento del área implantada con trigo se encuentra de “regular a malo”, debido precisamente al estrés hídrico y térmico que caracterizó al invierno y a lo que va de la presente primavera.
El rendimiento se resintió fuertemente, experimentando una caída del 29,2 por ciento en relación con el esperado. Este año se ubicará en unos 17 quintales: sólo el rinde de 13 quintales de la peor campaña en la historia de la provincia, la de 2009/2010, será inferior a éste.
El resultado de esta campaña en Córdoba es reflejo de la magra cosecha que se espera en el orden nacional, que algunos cálculos estiman en 10,3 millones de toneladas y otros en un volumen aún menor.
En cuanto a plagas, no se han reportado controles de ningún tipo debido a la condición del cultivo. En algunas zonas, hay lotes que se destinaron a pastoreo.
Uso de tecnología
El 69 por ciento de la superficie de trigo de Córdoba fue fertilizada a la siembra. La decisión de fertilizar y los niveles a utilizar pocas veces se basaron en resultados de análisis de suelos, tasas de mineralización neta del nitrógeno, relaciones C/N existentes y demás variables del sistema suelo-planta.
De acuerdo con los datos relevados, se utilizó una fertilización de base como arrancadora, donde los elementos principales que se incorporaron fueron en orden de importancia nitrógeno, fósforo y azufre.
En cuanto a la refertilización en macollaje, se estima que sólo el nueve por ciento de la superficie tuvo aportes nutricionales en esta etapa, mientras que el ciclo anterior fue de 26 por ciento. El recorte puede atribuirse, entre otros, a las escasas precipitaciones invernales que limitaron la aplicación.
Según cálculos de requerimiento nutricional, un trigo de 25 quintales de rendimiento necesita 28 kilos de nitrógeno por tonelada de grano y de seis kilos de fósforo. Este nivel de producción representa una demanda de 70 kilos de nitrógeno y 14 kilos de fósforo por hectárea (aportados por el suelo y por la fertilización).
Alquileres
El informe difundido por la Bolsa de Cereales de Córdoba incluye un nuevo relevamiento de cómo se han negociado (o están terminando de negociar) los alquileres de campo en la provincia de Córdoba, los cuales acusan desde descensos muy leves, del dos por ciento en las zonas agronómicamente mejores del territorio cordobés, hasta bajas de un 55 por ciento en regiones que venían muy castigadas por una sucesión de años de muy escasas lluvias
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