Bruselas quiere limitar los biocarburantes llamados de «primera generación», es decir, los que se producen a partir de productos derivados de cultivos alimenticios (trigo, maíz, remolacha, colza, etc.) para alentar al sector a desarrollar biocombustibles sobre la base de otras materias primas, como los desechos y la paja.
Si se aplicara la propuesta europea, los biocarburantes de primera generación, que hoy representan el 4,5% del consumo de energía del sector de transportes en la (UE), no podrían superar el 5% del total en 2020. Sin embargo, se mantiene el objetivo global de alcanzar en 2010 el 10% de energías renovables en el sector de transportes en la UE.
Asimismo, ayer en Bruselas, el relator de Naciones Unidas para el derecho a la alimentación, Olivier De Schutter, invitó a la Unión Europea (UE) a que abandone totalmente los biocarburantes porque su producción compite con la que se destina a la alimentación. «La UE no sólo debe revisar a la baja sus objetivos de incorporación de los biocarburantes (sino que) debe tener la valentía política de abandonarlos. Estados Unidos debería hacer lo mismo», dijo en declaraciones a la AFP.
«Es peligroso fijarse objetivos inalcanzables cuando las reservas mundiales de cereales están tan bajas», añadió.
En Estados Unidos el 40% de la producción de maíz termina en los motores de los vehículos para cumplir con unos objetivos fijados en 2007.
El cultivo masivo tiene además un gran impacto sobre las tierras agrícolas, en particular en los países del sur. Según un informe del Banco Mundial de abril de 2010, las tierras dedicadas al cultivo de biocarburantes representaban al menos el 21% en los países en desarrollo.
La propuesta europea tiene como objetivo frenar el desarrollo de los biocarburantes producidos a partir de cultivos de alimentación, en un contexto en el que los precios de los cereales están alcanzando niveles récord.
Según algunos estudios, el nivel de emisiones generado por la deforestación es equivalente al de los combustibles fósiles, de manera que el beneficio para el medio ambiente es nulo. «Esta propuesta alentará los biocarburantes más eficaces», aseguró el comisario europeo de la Energía, el alemán Günther Oettinger.