En este escenario, las disputas sobre cómo se administrarán los fondos públicos se entrelazan con otras cuestiones clave, como las privatizaciones y el futuro de las instituciones políticas argentinas.
Presupuesto y acuerdos parciales
Uno de los temas más candentes es el Presupuesto 2025, que sigue siendo objeto de discusiones entre los diferentes bloques. Mientras el oficialismo apuesta por una mayor flexibilización en el manejo de recursos, sectores de la oposición que prefieren no bloquearlo, han solicitado garantías sobre la protección de áreas sensibles como las universidades, las jubilaciones y las transferencias provinciales. Estos acuerdos parciales buscan evitar que el presidente pueda disponer de los fondos de manera arbitraria, una preocupación recurrente entre los sectores más moderados del Parlamento.
Reconfiguración de alianzas políticas
En paralelo, el Congreso se convierte en escenario de una reconfiguración política significativa. La fractura interna dentro del bloque radical ha dado lugar a dos agrupamientos nuevos: uno autodenominado "oficialista del cambio" y otro que refuerza la posición de los liberales. Este resquebrajamiento ha generado un mapa legislativo más complejo, con bloques más dispersos, lo que augura negociaciones aún más complicadas.
Privatizaciones y reforma institucional
En la Cámara de Diputados, avanza otro tema que ha provocado intensos enfrentamientos: la privatización de Aerolíneas Argentinas. Impulsada por una alianza entre el oficialismo, el PRO y la UCR, la propuesta busca vender la empresa en su totalidad, lo que ha generado rechazo tanto dentro como fuera del Congreso. La discusión sobre la privatización refleja un mayor cuestionamiento a la presencia del Estado en sectores estratégicos, y se presenta como uno de los puntos más álgidos de la agenda legislativa.
Simultáneamente, se discutió la ampliación de la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo, con el objetivo de establecer controles más estrictos sobre los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), permitiendo que una sola Cámara pueda rechazar un DNU, en lugar de requerir un acuerdo entre ambas. Esta medida apunta a devolverle parte de sus facultades al Congreso frente al poder ejecutivo, un tema que genera división entre los legisladores.
El Senado: paralización y tensiones internas
El Senado, por su parte, ha mostrado un ritmo mucho más pausado. La reciente elección de la nueva presidencia del Partido Justicialista (PJ) ha sumido a la cámara alta en un mar de disputas internas dentro de la oposición, lo que ha provocado una virtual parálisis legislativa. En las últimas cinco semanas, apenas se han convocado sesiones y las comisiones apenas han trabajado. Este estancamiento contrasta con la intensa actividad que se observa en Diputados, lo que refuerza las tensiones entre los distintos sectores políticos.
Mirada hacia el futuro: seguridad, relaciones exteriores y salud
Aunque el mes de noviembre culmina con un Congreso dividido y con importantes desafíos legislativos por resolver, se empieza a vislumbrar la agenda para los próximos meses. Entre los temas que empiezan a ganar tracción se encuentran los proyectos de seguridad, relaciones exteriores, infraestructura y salud, que podrían generar nuevos puntos de conflicto o, en su defecto, acuerdos que permitan avanzar hacia una estabilización de la situación política.
En resumen, el Congreso Nacional atraviesa uno de sus períodos más complejos, donde las tensiones entre el oficialismo y la oposición no solo están marcadas por las discusiones sobre el presupuesto, sino también por una reconfiguración política que podría cambiar la dinámica legislativa en los próximos años.
Fuente : Fundación Barbechando