El ministro de Agricultura, Luis Basterra, y el Secretario de Relaciones Económicas de la Cancillería, Embajador Jorge Neme , participaron este viernes del cierre de las XI Jornadas de la Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina (APAMA), que se llevaron adelante del 5 al 7 de agosto de forma virtual, bajo el lema: "Desafío para arándanos argentinos".
Durante su exposición en el panel comercial, el titular de la cartera agropecuaria nacional expresó que "ya hemos mantenido una serie de reuniones con APAMA y estamos en total consonancia con los objetivos que tienen en su agenda. Tenemos que desarrollar un perfil exportador, como lo vienen haciendo, y aprovechar toda esa experiencia muy valiosa que tienen para desarrollar las políticas públicas necesarias".
Asimismo, Basterra ponderó y valoró especialmente "la articulación del trabajo público-privado que se viene llevando adelante, porque eso es lo que nos va a abrir un futuro que sin dudas va a mejorar el posicionamiento de los arándanos argentinos, porque en definitiva, todo lo que sea trabajo argentino producido y exportado tiene un valor fundamental". En tanto, desde el sector, compartieron los desafíos expuestos por el Ministro y destacaron que se trata de cultivo que necesita recuperar competitividad y expandirse.
Por otro lado, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, Jorge Neme, quien participo del mismo panel, manifestó que "Argentina tiene que tener una marca en el mundo, tenemos que abrir el camino, hacer los acuerdos necesarios con los países para lograr mejorar las gestiones en los mercados y tener una mirada al mundo".
"Este objetivo requiere un trabajo de relacionamiento permanente con el sector privado, para lo cual hemos creado el Consejo Público Privado para la Promoción de Exportaciones", afirmó Neme al participar en el panel de cierre de la 11° Jornada de la Asociación de Productores de Arándanos (Apama).
Según el funcionario, la Argentina tiene que concentrar sus esfuerzos en mercados en los que ha perdido presencia como la costa del pacífico de Sudamérica, América Central, África, Asia Central y el Sudeste Asiático.
"Nuestro concepto es conectarnos al mundo en un proceso de ida y vuelta, en el que exportemos e importemos, en un recorrido en el que ganemos competitividad y mejoremos el conjunto de la actividad económica", indicó.
Neme recordó que "la Argentina tiene una vasta experiencia en fruticultura, con enorme potencialidad en la producción de frutos rojos, frutos secos, cítricos dulces, limones, manzanas, entre otros".
Y agregó: "Haber resuelto el problema de la deuda es un punto de inflexión en nuestra situación económica porque el ordenamiento del sector externo es una de las claves para construir para la Argentina una marca que se destaque por su capacidad para producir, su know how, su talento y su capacidad de competir en cualquier mercado".
Cabe destacar que en Argentina, hay 2.800 hectáreas con plantaciones de arándano azul distribuidas principalmente en Tucumán, Entre Ríos y Buenos Aires, y tiene contribuciones cada vez más importantes por parte de las provincias de Salta, Santa Fe, Corrientes y Misiones. La producción oscila las 18.000 t, las que se exportan en mayor medida a USA, Reino Unido y Europa.
Es un cultivo que requiere gran cantidad de mano de obra calificada, en etapas claves como la poda, la cosecha y empaque genera más de 20.000 puestos de trabajo en todo el país. El 95% de los arándanos argentinos se exporta como fruta fresca, aproximadamente el 2% se reserva al mercado local y el 3% restante se destina a su industrialización para la producción de pasas, frutos congelados, jugos, mermeladas y pastas congeladas para helados, yogur y repostería.