El índice de Competitividad Precio Efectivo del Sector Agropecuario Exportador (Icopesa), que elabora la consultora Economía & Regiones (E&R), se ubicó en mayo en un valor de 1,33.
Esto significa un crecimiento del 4,1 por ciento en comparación con abril, 41,3 por ciento con respecto a un año atrás y 54 por ciento en relación a noviembre de 2015, antes de que el nuevo gobierno de Mauricio Macri dictaminara el fin del cepo cambiario, de las trabas a las exportaciones y de las retenciones (en soja se redujeron cinco por ciento).
El nivel de competitividad también está un 33 por ciento por encima de la que había en diciembre de 2001, antes del fin de la convertibilidad.
La soja hace punta
El informe de E&R destaca los cambios ocurridos para la soja y sus subproductos, haciendo hincapié en que en mayo los precios subieron 12,2 por ciento, que significan unos 43,1 dólares por tonelada, con respecto al mes anterior y así el poroto volvió a comercializarse en torno a los 400 dólares la tonelada, “permitiendo más que compensar la baja del tipo de cambio y el avance de los costos (inflación) en el sector agro exportador”.
Según E&R, este repunte de la soja hizo que sus productores y exportadores obtuvieran mejoras de competitividad aún por encima de otras tres producciones a las cuales se les quitaron todas las retenciones (carne, cueros y maíz).
Concretamente, desde el mes previo a la salida del cepo y quita de retenciones (noviembre de 2015), las ganancias de competitividad que se registraron en harina soja (60 por ciento), poroto de soja (54 por ciento) y aceite de soja (48 por ciento) fueron superiores a las ganancias de competitividad en carne (45 por ciento), cueros (42 por ciento) y maíz (35 por ciento).
De esta manera, solo el trigo (62 por ciento) y el girasol (59 por ciento) tuvieron ganancias de competitividad superiores al complejo sojero (54 por ciento) en los últimos seis meses
Efecto derrame
Para la consultora, “teniendo en cuenta que el complejo sojero representa la tercera parte de nuestras exportaciones, la ganancia de competitividad y el mayor dinamismo del sector podría tener un impacto positivo de derrame al resto de la economía a partir del cuarto trimestre 2016”.
Economías regionales
E&R también elabora mensualmente un Índice de Competitividad de las Economías Regionales (Icer) que mide la competitividad precio efectiva de nueve subsectores productores y exportadores de: algodón, azúcar, naranja, tabaco, vino, té, arroz, manzana y peras.
Según el Icer, la baja del tipo de cambio y el avance de los costos implicó una caída de la competitividad de 5,6 por ciento mensual en mayo respecto a abril. “A diferencia de lo que sucede con la soja, acá la evolución internacional de los precios no alcanzó para contrarrestar la baja del dólar y la inflación”, fundamenta E&R.
De cualquier manera, las economías regionales se encuentran en una situación mucho mejor que antes del fin del cepo: desde diciembre, el Icer ha aumentado 28 por ciento.
Analizando el interior de los subsectores se destacan las ganancias de competitividad en tabaco (40 por ciento), algodón (33 por ciento), peras (33 por ciento), azúcar (32 por ciento) y vino (29 por ciento). Por debajo del promedio quedaron manzanas (26 por ciento), té (26 por ciento), naranjas (17 por ciento) y arroz (16 por ciento).