Amargo. Dulce. Algunos lo prefieren con el agregado de hierbas para mejorar la acidez. El mate es la bebida nacional de los argentinos, y su industria en el país oculta una injusta realidad. Sobre eso reflexiona el documental Me Gusta el Mate Sin Trabajo Infantil realizado el mes pasado por Posibl. con el apoyo deChange.org e inspirado en la petición de la ONG "Un Sueño para Misiones", que hasta la fecha logró recaudar casi 40.000 firmas.
Martín Parlato, CEO y fundador de la compañía multimedia Posibl. contó a LA NACION que durante el rodaje del documental pudieron comprobar la desigualdad, desprotección y los riesgos a los que se enfrentan cada día los niños de las familias que trabajan en la tarefa. "No sólo contamos cuál es la historia de estas familias y sus hijos, el film es una forma de protesta y una herramienta para seguir recaudando firmas hasta llegar a las cien mil que nos permitan proponer un sistema que certifique la yerba mate etiquetada como libre de trabajo infantil".
Entre imágenes desoladoras y diálogos con los tareferos misioneros, se cuelan en el documental los testimonios de Jorge Kordi y Patricia Ocampo, creadores de Un Sueño para Misiones, que explican: "Mucha gente tiene una idea desdibujada del tarefero. Algunos creen que ellos viven en el campo, cuando en realidad viven en casillas de madera precarias o carpas improvisadas en el conurbano de las ciudades. Los chicos no tienen acceso a la educación, toman agua contaminada y, en algunos casos, se instalan con sus familias en el yerbal y se pasan hasta 22 días sin baño. Hay un imaginario que no tiene un correlato con la realidad, con lo que allí se sufre y con la falta de igualdad", dice Kordi.
¿A qué edad comienza el trabajo de los niños en la tarefa? ¿Qué comen habitualmente? ¿A qué juegan? La mayoría, aseguran, comienza a trabajar entre los 4 y los 10 años. Comen reviro como plato principal hasta dos veces por día [que no es otra cosa que una pasta de harina, agua y sal, tipo torta frita] y están en contacto con agroquímicos y herramientas peligrosas para su edad y su salud. La mayoría no va a la escuela, y el tiempo para jugar casi no existe.
Desnudos en el yerbal
Entre lágrimas, una ex tarefera y madre de ocho hijos, también revela en el documental que, muchas veces, "los chicos están pelados [desnudos] por uno o dos días mientras la ropita se les seca en el yerbal, porque no tienen otra cosa que ponerse; plata para comprar una muda para poder cambiarse nunca hay".
Según Parlato, "muchas familias se ven casi obligadas a llevar a sus hijos a trabajar a los, a levantar casillas en terrenos abandonados porque no tienen otro lugar donde vivir, a padecer discriminación e injusticias como la de ir a un hospital público para atender a alguno de sus pequeños y tener que pagar por esa atención que debiera ser gratuita, o que dentro mismo del yerbal se acerque gente a venderles comida hasta un 40 % más caro de lo que la pagarían en cualquier almacén del barrio".
Tanto Kordi como Ocampo, amantes del mate y defensores de esta bebida, creen que "todos somos responsables". Conscientes o no de esta realidad, "consumimos yerba mate cada día, por eso nos vemos obligados a intentar hacer algo por cambiar esta situación".
De Misiones al mundo entero
De acuerdo a los datos proporcionados, el 90 por ciento de la yerba mate que se consume en la Argentina y el 60 por ciento de la que se puede adquirir en el exterior se cultiva en Misiones con trabajo infantil. El 16 por ciento de los menores, hijos de tareferos, nunca concurrió a la escuela y se dedica al trabajo rural para ayudar a sus familias. En cuanto a sus condiciones de vida, el 80 por ciento de estas familias usa letrinas y casi el 50 por ciento no tiene agua potable.