Río de Janeiro, San Pablo y Brasilia enfrentan un cuello de botella para en el flujo de sus producciones, algo que podría frustrar las predicciones que indicaban que el complejo de la soja –trigo, aceite y harina – se convertiría este año en el primer ítem de las exportaciones brasileñas, desplazando al mineral del fierro.
Las proyecciones de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil (AEB) decían que, con la cosecha récord y los precios altos, el trío llegaría a los U$S 32,5 billones en exportaciones en el 2013, comparado con los U$S 30 billones del mineral. Si las cancelaciones de los envíos de soja continúan, debido a los retrasos en la entrega, sin embargo, la tendencia será que a medida que los precios del grano caigan, irán poniendo en peligro sus exportaciones.
La empresa china Sunrise ya canceló la compra de, al menos, dos millones de toneladas de soja, arguyendo los retrasos en la entrega, por causa de las largas filas en los puertos. Es la primera empresa de ese país que suspende los contratos por problemas logísticos. La compañía se defiende refutando que debería haber recibido seis navíos en febrero y otros seis en marzo. Y evalúa la posibilidad de comprar a Argentina. China es el principal comprador de soja brasilera.
Las perspectivas de la AEB consideran el precio anual promedio de soja/tn en U$S 580 y embarques de 38 millones/Tn en 2013. Sin embargo, los datos del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior muestran que el promedio del precio, entre enero y la tercera semana de marzo, está muy por debajo de esa proyección (U$S 530). Paralelamente, la minería del fierro está en una situación inversa. Según estimaciones del AEB, el promedio del precio del commodity estaría en U$S 95 este año y el volumen de exportación en torno a los 320 millones/Tn. Pero este 2013 partió caliente para el mineral, cuyo promedio de tonelada exportada está en U$S 110.
Las declaraciones
“Sigo manteniendo mis predicciones, pero es posible que los problemas que enfrentan los productores de soja obstaculicen el desempeño del sector. Esto sólo demuestra que Brasil no está preparado para crecer” afirma el Vicepresidente de AEB, José Augusto de Castro.
Para Castro, las apelaciones de Sunrise son un pretexto para comprar el grano a un precio más bajo en el futuro. Cualesquiera sean las razones reales, lo cierto es que si el productor no respeta los contratos debido a los retrasos en el suministro, tendrá pérdidas debido a que los precios de la soja cayeron en el segundo semestre, cuando la producción de Estados Unidos se empezó comercializar con fuerza. Brasil y EE.UU. son los principales exportadores de soja en el mundo, seguidos por Argentina que ocupa el tercer puesto.
El problema es que el tráfico de camiones en los principales puntos de venta de semilla de soja (Santos y Paranaguá) tiende a empeorar en los próximos meses con la cosecha récord estimada de 83 millones/tn. El pico de la comercialización de la oleaginosa es en abril y mayo, época en que baja la cosecha de azúcar. A continuación, el maíz y el algodón también vienen a disputar las mismas carreteras, lo que inevitablemente provoca más congestión.
Ayer, la fila de camiones en la ruta Canon Domenico Rangoni, que conduce hasta el puerto de Santos, el más grande de América Latina, llego a los 25 kilómetros registrando su fila más larga el martes, con 34 Klms. de camiones, a la espera de poder ingresar a la dársena.
El tiempo de inactividad y espera no sólo significa un problema para los camioneros, sino también para productores y exportadores. En una estimación optimista, la Asociación de Agencias Marítimas de San Pablo (Sindamar) dijo que el perjuicio por la mantención de navíos en espera de la carga de granos es de U$S 150 millones por día. El presidente de la entidad, José Roque explica que ese monto considera dos situaciones sin resolver. La primera se refiere efectivamente a la demora en la llegada de camiones al puerto. La otra razón es la lluvia. Llueve desde el domingo y, como no hay refugio para el servicio carga/descarga, los buques de granos no se pueden operar.
“Congestión de camiones es una señal de ineficiencia”
Como consecuencia de la demora, un barco que completa 600 mil toneladas, que antes tardaba en promedio dos días para ser cargado, ahora necesita hasta cuatro días para completar el trabajo y navegar. La Codesp, que gestiona el puerto, dice que el problema se debe a la falta de infraestructura de las carreteras y las condiciones climáticas que han afectado mucho en los últimos días. Según datos oficiales, había 33 buques atracados ayer en el puerto y otros 79 más esperando por un lugar en el puerto. Pero los números que maneja Sindamar son de hasta 150 barcos a la espera.
Para el gobierno, las filas de camiones son una prueba de falta en la capacidad de la infraestructura para atender la demanda. El ministro de la Secretaría de Puertos, Leonidas Cristino, indicó que para bajar el problema en el puerto de Santos es preciso aumentar la cantidad de terminales, dotar de equipamientos más modernos, además de cubrir los terminales. Estos inconvenientes, dijo, refuerzan una necesidad de refundar la MP 595, que reformula al sector. “La fila rebela la falta de capacidad de los puertos. Mucha lluvia y la cosecha récord exacerban el problema”.
El presidente de la Empresa de Planeamiento y Logística (EPL) Bernardo Figueiredo señaló que la fila de camiones en Santos ocurre porque faltan almacenes y silos, dos de los grandes problemas de los puertos.
“Los puertos brasileños están muy en rodajas (terminales pequeños) y no funcionan a escala, otro factor de las colas. Sólo en Brasil la carga sale del camión y entra en la nave. El camión fue hecho para funcionar, estar detenido es señal de ineficiencia”.
Después de 30 horas en la línea, Pedro Martins, un camionero de 20 años, puso el freno de mano y caminó por el lado de la pista. Él quería "estirar las piernas" y matar el tiempo hasta que la larga fila de camiones comenzara a moverse.
"Hago esta ruta normalmente en tres horas, pero estoy desde 08 a.m. de ayer (miércoles). Y no tengo ni idea de cuánto tiempo va a tomar. Nunca había visto esto antes" dijo Martins, quien transportaba soja.
En otro tramo de la carretera, Djalma Mendes pone una mesa pequeña en el medio de la pista, con estufa de gas y sartenes. El almuerzo arroz, frijoles, huevos y salchichas. Dijo que el retraso en la entrega de su carga generará una pérdida de alrededor del 15% de su ingreso mensual bruto, que es de R$ 15.000: "No voy a cumplir con el programa que tenía para este mes".
