Mariposas, arácnidos, aves, zorritos, tortugas y más de 40 tipos de plantas. Son los nuevos residentes del delta del Paraná y del Río de la Plata: un total de 115 especies que han ampliado sus hábitats hacia el nordeste de la provincia de Buenos Aires. La mayor cantidad de precipitaciones y el aumento promedio de la temperatura, dos efectos del cambio climático, causaron un desplazamiento hacia el Sur de ecosistemas de climas tropicales y subtropicales.
Así lo revela un estudio realizado por científicos de la Fundación Azara, el Museo de La Plata, el Museo Argentino de Ciencias Naturales y la Universidad Maimónides, que investigaron los cambios en la distribución geográfica de plantas y animales respecto de hace 40 años.
La mariposa bandera, el osito lavador, el tatú negro, la pava del monte y el bugre (árbol leguminoso) son apenas un puñado de las especies involucradas, que antes aparecían en Entre Ríos o bien en el norte de Buenos Aires.
El estudio reveló que se extienden ecosistemas completos, en bloque. Por ejemplo, determinada ave, el insecto del que se alimenta y la planta en la que anida.
"Nos propusimos analizar esto en el contexto del cambio climático y descubrimos que todas las especies que están apareciendo son de ambientes tropicales o subtropicales. Los zorzales, por ejemplo, eran extremadamente escasos y hoy son muy comunes; el osito lavador y algunos zorros eran especies que se conocían en el norte de Entre Ríos y ahora están en el delta del Paraná y en el Río de la Plata", explicó a LA NACION el biólogo Federico Agnolin, que trabaja en el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia y en la Fundación Azara. Junto con Elián Guerrero, del Museo de La Plata y la Universidad Maimónides, publicaron el estudio.
El centenar de especies que tuvieron una respuesta ecológica frente a los cambios se divide en 44 plantas vasculares, ocho arácnidos (seis opiliones y dos tipos de arañas), 33 clases de mariposas y polillas, tres de tortugas, 24 de aves y tres mamíferos. Un ejemplo de los arácnidos es la especie denominada Nefila. "Es una araña inofensiva, pero empezamos a recibir muchas consultas en la zona de La Plata, porque es de gran tamaño y de color verde. Una de las características que tiene es que sus redes son muy fuertes, incluso pueden atrapar un pájaro", detalló Agnolin. Y agregó que la especie antes no llegaba más al sur de la provincia de Corrientes.
Junto con su colega, recolectó durante una década las observaciones sobre las que se basa el estudio. Respecto de la redistribución en bloque, el investigador consideró: "Esto no se va a detener. Mientras haya mejores condiciones para las especies, se van a ir adaptando".
Dio como ejemplo el caso de la golondrina tijereta, que según las observaciones científicas ya no migra como antes. Ahora, anida en la región, y si viaja lo hace al sur de Brasil, pero ya no llega hasta los Estados Unidos.
Vegetación
Entre los cambios de distribución en las plantas vasculares, puede mencionarse el caso particular del bugre (Lonchocarpus nitidus). "Se trata de un árbol leguminoso que en Buenos Aires crece en el bajo delta del Paraná, en la isla Martín García, y en los distritos de Avellaneda y Quilmes, y posee su población más austral en la Reserva Natural Punta Lara. Actualmente es uno de los componentes más importantes del bosque ripario de esa reserva y resulta sumamente llamativo que no exista ningún ejemplar colectado en la provincia hasta 1925", ilustra el informe, que fue publicado en la Revista del Museo de Ciencias Naturales.
"Debido a que la especie crece en áreas que han sido asiduamente visitadas por naturalistas y botánicos durante fines del siglo XIX y principios del XX, es improbable que esta planta ornamental haya sido pasada por alto en los bosques de Punta Lara. El cambio en su distribución habría ocurrido hacia fines del siglo XIX y representa un ejemplo de expansión temprana en la distribución geográfica", se lee.
Las mariposas también muestran expansiones hacia latitudes mayores. La emblemática mariposa bandera argentina (Morpho epistropheus argentinus) incrementó su rango de distribución a lo largo del sector este de la provincia de Buenos Aires. Hasta 1939 se conocía la especie en unas pocas localidades en el norte de la provincia y su límite austral era Punta Lara. En la actualidad, se la encuentra hasta la zona sur del distrito de General Pueyrredón.
Entre los mamíferos, se detectaron tres cuya presencia es interpretada por algunos autores como el resultado de las condiciones más húmedas y templadas del área del Delta. Se trata del tatú negro (Dasypus novemcinctus), el zorro de monte (Cerdocyon thous) y el osito lavador (Procyon cancrivorus). Según los registros, este último constituye la especie de más reciente registro en el norte de la provincia, y su arribo es muy cercano en el tiempo.
"Entre las 24 especies de aves que pueden considerarse con un rango de distribución más amplia que el conocido previamente, la mayor parte de ellas está relacionada con los hábitats boscosos, tanto acuáticos como terrestres. Entre las aves acuáticas se destaca la aninga (Anhinga anhinga), que habita ambientes de agua dulce rodeados de áreas boscosas en el noroeste argentino. Su primer reporte para la provincia de Buenos Aires es de 1969", señala el informe.
Agnolin destacó que la vegetación propia de la zona de bosques e incluso selvática comenzó a aparecer más al Sur. "Hace 50 o 60 años ese tipo de flora empezó a colonizar áreas donde antes no había nada. Hoy se puede observar vegetación de este tipo en lugares costeros de Quilmes y Avellaneda", concluyó.