Un equipo del INTA realizó experiencias en el cultivo de cerezas sobre la caracterización fenológica de las diferentes variedades, utilización de abejas para la polinización, manejo de cosecha y poscosecha, y por último agregado de valor. Productores de la región incorporaron mejoras en los niveles productivos con rendimientos cercanos a 15.000 kilogramos de fruta por hectárea, indican desde el organismo.
Las cerezas que se producen en la zona del valle de Los Antiguos son las últimas en ser cosechadas en el hemisferio sur, empieza usualmente a fines de diciembre y finaliza a mediados de febrero. Son frutos más dulces, jugosos, con buena firmeza y crocancia y acidez final no intensa
Estos cultivos tienen un mayor período de formación del fruto -73 a 103 días a diferencia de los 50 a 85 días para cerezas de otros lugares del país y del mundo-.
Las principales variedades que se utilizan en la región son Sweetheart, Kordia, Lapins, Regina, Skeena y Bing. Por su calidad diferencial, estas cerezas tienen la primera Denominación de Origen de la provincia, la cual cuenta también con la Identificación Geográfica Cordero Patagónico junto a otras provincias patagónicas.
"Esta certificación es una herramienta que permite diferenciar la calidad de un producto asociado a su origen, en este caso, se encuentra unida a la calidad de los recursos naturales propios del lugar y a las prácticas de producción locales vinculadas a la historia y la cultura", explicó Liliana San Martino -extensionista de la Agencia de Extensión Rural Los Antiguos, INTA Santa Cruz- .
Y agregó que "además brinda un marco legal para el producto y así evitar el uso indebido de la marca. Esto es importante para lograr un fortalecimiento del sector productor y de las plantas de empaque. Por otro lado, representa un reconocimiento a estas cerezas ya que pagan un 0,5 % de reintegro -con respecto al precio declarado de venta- si las cajas llevan el logo".
La ubicación geográfica les da a las cerezas una mayor calidad nutricional y sensorial, porque tienen mayor desarrollo de color y firmeza, además de una mejor calidad funcional en cuanto a capacidad antioxidante, entre otras.
La mayor cantidad de la fruta que se produce en la Patagonia se exporta; en un buen año como el de la temporada 2021- 2022 se exportaron alrededor de 1200 toneladas de cereza, mientras que en uno no muy bueno como la temporada anterior 2022-2023 -por problemas de heladas- se lograron unas 490 toneladas.