Esta situación se agrava aún más por la presencia de prácticas comerciales que priorizan la obtención de ganancias por parte del resto de los eslabones de la cadena, a menudo en detrimento tanto de los productores como de los consumidores finales. En este contexto, celebramos la reciente medida de previsibilidad en la prórroga por un año más de la suspensión de los derechos de exportación.
Esta medida representa un avance significativo hacia la estabilización de los costos de producción y hacia la mejora de la rentabilidad del sector primario. Sin embargo, es fundamental que los beneficios de esta medida se trasladen adecuadamente a la producción primaria, la cual ha enfrentado condiciones adversas durante los últimos años. Es imperativo que se considere la situación de quebranto que atraviesan muchos productores y que se establezcan mecanismos para compensar este desequilibrio.
Es preocupante observar cómo, a pesar de los aumentos en los precios de la leche en los últimos meses, el eslabón primario continúa perdiendo participación en el precio final, mientras que el comercio y la industria registran mayores ganancias. Esta disparidad pone en riesgo la viabilidad económica de los productores primarios y amenaza con un aumento en el cierre de tambos y una caída en la producción.
Para evitar estas consecuencias negativas, es imperativo que la lechería se convierta en un negocio rentable y previsible para los productores primarios. Esto requiere un compromiso conjunto de todos los actores de la cadena productiva para promover un entorno equitativo y justo, donde se respeten los derechos y la dignidad de los productores.
Desde CRA, reiteramos nuestra firme convicción en la importancia de trabajar en conjunto para promover un desarrollo sostenible del sector lácteo, donde se garantice una justa compensación para todos los eslabones de la cadena productiva.