Síntomas y signos
Ustilago maydis infecta a maíz (Zea mays) y al teosinte (Zea mexicana). Como otros carbones el nombre de carbón común del maíz deriva de la masa oscura de teliosporas que se encuentra dentro de las agallas. El síntoma más prominente son las agallas, tipo tumores que van desde 1 cm. a más de 30 cm. de diámetro. Todos los tejidos meristemáticos son susceptibles a la infección. Las agallas se forman frecuentemente en las espigas femeninas y masculinas, tallos, nudos y hojas y resultan de infecciones localizadas en los tejidos meristemáticos.
Las agallas consisten en tejido fúngico, al principio blanco y luego gris a la madurez. En este último estado se forman en el interior una masa oscura, formada por las teliosporas del hongo que se liberan por ruptura de la agalla. Las agallas en los tejidos, se empiezan a visualizar luego de 10-14 días después de producirse la infección en los tejidos. Con la deshidratación de las agallas se libera una masa oscura pulverulenta de esporas.
El número y localización de las agallas depende de la edad de las plantas y el momento de la infección. Las agallas formadas en la semilla resulta de infecciones en los ovarios y generalmente son afectados los granos de la punta de la espiga.
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Ciclo de la Enfermedad
El hongo sobrevive al invierno como teliosporas diploides en el rastrojo o sobre el suelo. Se estima de que una sola agalla contiene más de 200 billones de esporas, estas pueden permanecer viables por varios años y pueden ser diseminadas por viento o gotas de lluvia, o pueden germinar para formar esporidias haploide que también se diseminan por viento o gotas de lluvia. Las esporidia se conjugan para formar un micelio dicariotico que penetra los tejidos del hospedante en infecciones localizadas. Cualquier tejido meristemático, en activo crecimiento puede ser infectado sobre el suelo. Las agallas comienzan a formarse dentro de la semana de infección y crecen hasta las 3 semanas de producirse el ataque a los tejidos.
Teliosporas producidas en estas agallas no son importantes como inóculo en la estación de crecimiento del maíz. Sin embargo, después de invernar, sobre el rastrojo o el suelo constituyen el inóculo para los cultivos siguientes. Parece ser que las teliosporas liberadas en las agallas, resultan en inóculo más que suficiente en la naturaleza. Algunas veces puede ocurrir el carbón común en campos donde no existieron cultivos de maíz por varios años.
El carbón común ocurre cuando se presentan en el cultivo tiempo húmedo y lluvioso y numerosos trabajos indican un incremento importante del número de agallas en el cultivo si se producen heridas en los tejidos, (provocada por caída de granizo o daño mecánico por herramientas, o por arena en tormentas con fuertes vientos). Las heridas inducen la división y alargamiento celular, incrementando la susceptibilidad al patógeno. Factores que reducen la producción de polen o inhiben la polinización también incrementan la infección porque los ovarios de la espiga están protegidos del ataque del carbón después de ser fertilizados, debido a que las barbas o estigmas adheridas a los ovarios fertilizados mueren y no son susceptibles a la infección. Por ejemplo condiciones secas y calurosas (como tuvimos en la campaña 2007-08), causan a menudo una falta de sincronización entre la producción de polen y las barbas de la espiga resultando en una mala polinización. Agallas en la espiga de U. maydis serán más frecuentes si las esporas del carbón se diseminan rápidamente sobre los estigmas del ovario no fertilizado inmediatamente después de condiciones secas y calurosas. Muchos investigadores asocian la presencia de agallas con condiciones de sequía, porque incrementa el número de ovarios no fertilizados.
Manejo de la enfermedad
Varios métodos de manejo se han desarrollado para controlar el carbón común. Estos incluyen rotación de cultivos (cuestionable, porque las esporas sobreviven por varios años), tratamiento en semilla con fungicidas (protección solamente en las primeras semanas), modificación de la fertilidad del suelo y control biológico. Sin embargo solamente el uso de híbridos resistentes en el método más práctico y efectivo para controlar de la enfermedad. No existen líneas de maíz inmune a la infección por U. maydis. Las líneas de maíces dulces tienden a ser más susceptibles
al carbón común que los otros maíces.
Autor: Jesus Perez Fernandez.