Fue el presidente de Acsoja, Rodolfo Rossi, quien acertó con la pregunta justa al presidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni, durante la presentación de libro Campo, el sueño de una Argentina verde y competitiva, de Iván Ordóñez y Sebastián Senesi. "¿Por qué perdieron todo este año en anunciar medidas para revertir la situación del campo?", le preguntó, en público, el experto en mejoramiento genético a uno de los hombres de mayor confianza del candidato del kirchnerismo, Daniel Scioli. Marangoni, con elegancia, eligió la vía institucional para responder. Ellos gobiernan la provincia de Buenos Aires y no la Nación.
La pregunta, en rigor, encierra una clave que a buena parte de la dirigencia política le cuesta entender aún: los procesos productivos del agro no suelen coincidir con las necesidades electorales y las visiones de corto plazo. Una definición concreta de Scioli respecto de los derechos de exportación o los ROE del trigo y del maíz, por ejemplo, hubiera favorecido un aumento del área sembrada con ambos cultivos. Eso hubiera significado contar con más dólares en los primeros años de un eventual mandato del actual gobernador bonaerense.
En la oposición, en cambio, las definiciones fueron más claras. El candidato de Cambiemos, Mauricio Macri, promete la eliminación lisa y llana de las retenciones para los cereales y la rebaja parcial para la soja, en cinco puntos anuales. El postulante del Frente Renovador, Sergio Massa, se inclina también por la eliminación de las retenciones al trigo, al maíz y al girasol y tomar a cuenta de Ganancias cinco puntos porcentuales de los derechos de exportación de la soja.
A los tres ganadores de las PASO se les presenta con el agro un escenario de crisis, mucho más complejo de resolver que con simples promesas de diálogo o reducción de retenciones. La presión impositiva, el tipo de cambio, la inflación y la suba de costos son, entre otros, la cara visible de la crisis que daña a todos los segmentos del campo.
Hay otra cara, menos visible, que revela una estructura diseñada por el kirchnerismo para castigar al campo. Por ejemplo: el atraso en la devolución de los saldos de IVA a la producción. Según estimó el presidente de CRA, Rubén Ferrero, la deuda del Estado con los productores asciende a 1000 millones de pesos. La demora en reintegrar los saldos se extiende por más de un año y muchas empresas agropecuarias deben recurrir a presentar recursos de amparo para que les reconozcan las deudas. Este capital inmovilizado, cuando los precios de los granos bajan, representa un daño financiero severo. "Deberían reintegrarse al día siguiente que se computan", señala el contador y experto tributario Héctor Tristán.
Otro ejemplo del sesgo antiproductivo es la falta de ajuste por inflación. Al no actualizarse la base impositiva por el Índice de Precios Mayoristas (IPM) las empresas agropecuarias deben pagar Ganancias por un monto mayor al verdadero. Si bien ya hubo casos en los que la Justicia le dio la razón al sector privado (Bodegas Esmeralda, del grupo Catena, reclamó a la AFIP que la medida le confiscaba el 47% de sus ingresos), este vacío provoca un desincentivo a la inversión.
Las restricciones financieras también operan con un sentido antiproductivo. Una de ellas es la decisión del Banco Nación de no otorgar créditos o poner trabas en la renovación de carpetas a quienes tengan stocks de soja. "En cualquier banco privado si uno dice que tiene soja pasa lo contrario, le dan crédito", recuerda el productor y ex vicepresidente de CRA, Néstor Roulet. Hay otras medidas, como la burocracia en los trámites y registros que deben cumplirse en diferentes organismos. "Se debería simplificar en uno solo", opina Roulet.
Quienes ven al campo como una simple caja de la cual obtener los dólares que faltan para enfrentar la escasez de reservas que deja el kirchnerismo en el Banco Central omiten que para que la rueda se ponga en marcha habrá que desmontar esos mecanismos de relojería que no hacen otra cosa que llevar el tiempo hacia atrás. En la jornada de protesta que CRA, la Sociedad Rural y Coninagro realizaron el miércoles pasado en el Obelisco se advirtió que si no hay medidas urgentes para el campo la crisis se agravará. "Lamentablemente tuvimos razón cuando advertimos lo que iba a pasar si se aplicaban estas medidas", dijo el presidente de la SRA, Luis Miguel Etchevehere. Advertencias o no, alguien deberá empezar a trabajar en serio.
La Nación