El Servicio de Inspección de Salud de Animales y Plantas (APHIS), dependiente del Departamento de Agricultura de los EE.UU. (USDA), publicó el 23 de diciembre el borrador de la norma para habilitar la importación de carne bovina cruda sin hueso, originaria de 14 estados brasileños.
La normativa se dio a conocer a sólo cuatro días de que el Ministerio de Agricultura brasileño y el USDA firmaran una declaración por la que se comprometían a resolver a la mayor brevedad los problemas existentes en materia de comercio bilateral de carnes.
En ese sentido, el paso no sólo fue dado con mayor rapidez que lo esperado, sino que otorga un plazo de 60 días, también más breve de lo previsto, para que todas las partes interesadas puedan opinar sobre su texto y sus consecuencias sanitarias y económicas, y que éstas sean respondidas por el APHIS.
Esto permite pensar que la reglamentación podría entrar en vigencia en el segundo trimestre de 2014.
Pormenores
El APHIS considera que importar carne bovina cruda de ciertos estados brasileños, bajo particulares condiciones de manejo y registro, resulta seguro para proteger la ganadería estadounidense del virus de la fiebre aftosa. Cabe aclarar que, de los 14 estados, 13 son libres de aftosa con vacunación mientras que Santa Catarina es libre de la enfermedad sin vacunación.
El área incluida está ubicada en el centro sur del país, cubriendo más del 50 por ciento del gigantesco territorio brasileño y representa bastante más de la mitad del rodeo y de la industria frigorífica de ese país.
Las condiciones que se le imponen a la carne que llegue a los Estados Unidos son muy similares a lo establecido en 1997 para el producto argentino, con un par de flexibilizaciones: la maduración deberá hacerse por 24 hs en lugar de 36 hs y el pH de la carcasa deberá ser inferior a 6,0 en vez de 5,8. Estos parámetros son los que rigen hoy para la carne uruguaya.
Impacto
El APHIS también midió el impacto económico de la apertura, señalando que las exportaciones brasileñas serían de unas 40 mil toneladas peso producto por año, con un rango que iría de 20 mil a 65 mil. Cabe destacar que Uruguay, único país de la región con acceso al mercado norteamericano, al 18 de diciembre de 2013 lleva vendidas 47 mil toneladas a ese destino.
Además, el organismo prevé que dos tercios de estas nuevas importaciones desplazarían a las de otros orígenes, por lo que el impacto neto en el mercado estadounidense sería del tercio restante. De este modo, las compras externas sólo aumentarían el 1% a causa de la nueva medida.
Con respecto a la repercusión sobre la empresas de ganados y carnes norteamericanas, el APHIS evaluó que habría una caída en su bienestar del orden de U$S165 millones por año, mientras que los consumidores obtendrían un beneficio de U$S 354 millones. Así, resultaría un balance positivo de U$S 189 millones para el conjunto de la sociedad. También estima que las variaciones de los precios de la hacienda, de la carne bovina y de las sustitutas, como así también de las exportaciones, serían muy menores.
El acceso
Por lo pronto, Brasil no cuenta con una cuota propia para exportar a EE.UU. libre de aranceles o con impuestos muy reducidos, como sí tienen Australia, Nueva Zelandia, Uruguay, países de Centroamérica y la Argentina, aunque ésta no pueda usarla desde 2001. A su vez, Canadá y México, como miembros del NAFTA, no tienen límites para sus exportaciones libres de aranceles.
Como consecuencia, Brasil tendrá que vender por medio de una cuota global de 65 mil ton anuales, que utilizan varios países, o deberá pagar un arancel del 26% que deprimirá sus precios FOB.
Esto nos lleva a pensar que un país del porte de Brasil, más temprano que tarde, buscará negociar con Estados Unidos una cuota propia, probablemente mayor a las 20 mil ton que hace 15 años obtuvieron Uruguay y la Argentina cuando empezaron a exportar a ese mercado. Asimismo, la apertura tendrá una implicancia potencial muy grande en los ambiciosos planes brasileños para seguir abriendo mercados.
Un hecho a destacar es que la rapidez reciente en el tratamiento de la habilitación a la carne bovina se inscribe en el gran protagonismo que Brasil viene desplegando en el mundo, derivado de su desarrollo económico y de su política exterior, y en el interés del gobierno de Barack Obama en acercar posiciones con el mayor país sudamericano.
Por último, es importante señalar que el acuerdo también tendrá un efecto beneficioso sobre el reclamo que la Argentina ya inició en la Organización Mundial de Comercio (OMC) para objetar la misma prohibición estadounidense sobre sus carnes. Algo que los negociadores deberán tener en cuenta.
Por Miguel Gorelik