La pandemia del nuevo coronavirus ocurre mientras estamos viviendo una de las peores epidemias de dengue de la historia de nuestro país y de la región", afirma Andrea Gamarnik, investigadora del CONICET y directora del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA, CONICET-Fundación Instituto Leloir).
Un equipo liderado por Gamarnik y Laura Estrada, investigadora del Instituto de Física de Buenos Aires (IFIBA, CONICET-UBA) y profesora del Departamento de Física de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEyN) de la UBA , logró visualizar por primera vez cómo se mueve y qué recorrido hace la proteína de una estructura que rodea el material genético del virus del dengue en una célula viva infectada, y cuya función es clave en el proceso de infección. El trabajo fue publicado por la revista ScientificReports de la editorial Nature.
La estructura se denomina cápside. "Mientras el virus infecta a una célula, se pudo captar cómo la cápside del dengue se produce y se acumula en tiempo real. El conocimiento que arroja este trabajo contribuye al desarrollo futuro de vacunas y antivirales efectivos", señala Gamarnik y añade que los resultados del estudio fueron posibles mediante la aplicación de microscopias avanzadas desarrolladas por el grupo encabezado por Estrada.
Una proteína clave en la infección del dengue
La proteína de la cápside del virus del dengue se produce en grandes cantidades durante una infección y termina acumulándose en el corazón de la partícula viral, protegiendo al material genético. Esta proteína es esencial para que se formen los virus y para que éstos puedan infectar a nuevas células humanas o del mosquito.
"La proteína de cápside es un blanco muy interesante para el desarrollo de estrategias antivirales", puntualiza Gamarnik.
"Cuando el virus infecta a una célula, vimos que la proteína de cápside rápidamente se acumula en el citoplasma y en el lapso de horas se moviliza al núcleo celular, donde se concentra en los nucleolos. Este movimiento lo pudimos ver en tiempo real", comenta la física Manuela Gabriel.
"Las proteínas de cápside están surgiendo como blancos prometedores para el diseño de una nueva generación de agentes terapéuticos, que, al estar basados en proteínas propias del virus, se espera que resulten en terapias más específicas que las basadas en blancos celulares", señala Estrada. "La caracterización profunda de proteínas virales es el primer paso".