Las alternativas climáticas de nuestra región comienzan a atrapar la atención del mercado. En un esquema de oferta ajustada en el contexto internacional, el mercado granario deberá transitar el tramo que media desde ahora y hasta la finalización del primer trimestre del año, en un escenario de existencias reducidas.
En Brasil, la situación productiva luce adecuada, con predicciones hasta ahora optimistas para el desarrollo de los principales cultivos de verano en este país. En este sentido, la CONAB estima que la producción de soja alcanzará los 82,6 millones de toneladas, lo que implicaría un crecimiento del 25% en relación con la campaña 2011/12, afectada por la sequía. La CONAB trabaja con una hipótesis de siembra de 27,2 millones de hectáreas, que representan un crecimiento del 9% respecto a lo implantado en la campaña anterior.
Para maíz, la CONAB proyecta una campaña total de 71,9 millones de toneladas.
El último informe mensual del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) estimó una campaña maicera de 70 millones de toneladas, en tanto que la cosecha de soja alcanzaría los 81 millones de toneladas.
En nuestro país la siembra de los principales cultivos de verano se encuentra aún demorada por las persistentes lluvias que se han hecho presentes desde agosto hasta la fecha. Aún con dificultades, la siembra de maíz entra en su etapa final, del mismo modo que la recolección del trigo y la cebada favorecerán el avance de la siembra de soja de segunda.
En su último informe, el USDA vuelve a confirmar una campaña triguera de 11,5 millones de toneladas, en marcado contraste con la Bolsa de Cereales de Buenos Aires que anticipa una campaña de solamente 9,8 millones de toneladas. En maíz, el USDA redujo ligeramente su proyección con una estimación de 27,5 millones de toneladas, cifra que luce también bastante optimista. En soja, se proyecta una campaña de 55 millones de toneladas, más o menos en línea con las proyecciones privadas.
El último informe de materias primas del Deutsche Bank también consigna la importancia de nuestra región a la hora de proyectar los precios internacionales de los granos. Los analistas del banco sostienen que los escasos inventarios globales y el clima reinante en nuestra región, particularmente en nuestro país, generan dudas en torno a los rendimientos finales que se registrarán. Por esta razón, mantienen una visión optimista para los precios, especialmente para los del cultivo de soja y el maíz, en el comienzo de 2013.
Superado el último informe del USDA, revelado algunos días atrás, los operadores comenzarán a concentrarse en el primer informe del año, que además será el que consigne las cifras finales de la cosecha norteamericana 2012/13. Es probable que en este reporte, a revelarse el próximo 11 de enero, el USDA incremente su proyección sobre el abandono de área en soja y maíz, como consecuencia de la sequía de esta temporada en Estados Unidos.
En general, existe consenso entre los operadores que la cifra de producción final norteamericana sufrirá un nuevo recorte, en tanto que la de soja se mantendría igual o se incrementaría ligeramente.
Los precios de la soja se mantienen sostenidos, producto de la sólida demanda internacional y del buen ritmo de ventas de los Estados Unidos que, con lógica, busca agotar su propia oferta antes que la confirmación de una buena cosecha sudamericana se haga presente en el mercado, repercutiendo negativamente en las cotizaciones internacionales.
La renovada firmeza del dólar en las plazas internacionales actúa como un elemento constructivo para los precios, al igual que la perspectiva de un buen comportamiento en la economía china y las amenazas de mayor inflación en los Estados Unidos.
Sin embargo, la proyección de buenas cosechas en nuestra región, de materializarse, generará signos de oferta estacional a partir de marzo que podrán provocar bajas en el mercado internacional.
Según la analista del mercado de soja de Jefferies Bache, Anne Frick, el contrato de soja para entrega en el mes de enero en Chicago registró -hacia mediados de noviembre- un mínimo de u$s 498 por tonelada, que se mantendrá como un piso hasta el comienzo del nuevo año.
En la posición de entrega julio, el mínimo reciente fue de u$s 489 por tonelada y este contrato cuenta con una resistencia en el área de u$s 544 a u$s 551 por tonelada. La analista piensa que este mes-contrato se negociará, en el corto plazo dentro de un rango de precios de u$s 515 a u$s 551 por tonelada y no cree que el máximo histórico, de u$s 659,60, pueda volver a ser alcanzado.
Ricardo Baccarín- Director de Panagrícola SA
