El precio, de todas maneras, continúa siendo muy bueno y supera los $ 2.050 que marcó ayer la soja y los $ 1.000 del maíz.
"La baja fue muy importante para un solo día, pero era previsible porque en el mercado se está empalmando la cosecha nueva. Podría haber nuevas bajas; cuanto más avance la cosecha y más trigo comience a llegar al mercado más va a caer la cotización del cereal. Sin embargo, hay que aclarar que la calidad del grano no es buena y hoy (por ayer) sólo se operaron 400 toneladas, un volumen muy escaso", explicó ayer a este diario Carlos Etchepare, analista del mercado.
Varios analistas insisten en que el precio del trigo estaba "inflado" y que aún tiene más margen para continuar bajando.
A partir de diciembre comenzará a ingresar al mercado el grueso de la cosecha y es ahí donde podrían registrarse nuevas bajas.
Según los cálculos de Etchepare no se superarán los nueve millones de toneladas en la actual campaña, "siempre y cuando el clima acompañe". La Argentina necesita cinco millones de toneladas para el mercado interno y quedaría un buen saldo exportable, aunque "en la realidad las exportaciones están totalmente suspendidas", aclaró. Por su parte, Ernesto Ambrosetti, jefe del Departamento de Estudios Económicos de la Sociedad Rural aseguró a Ámbito Financiero que "el precio del cereal está tan distorsionado que no responde a ninguna lógica. Muchas variables influyen en su precio: la nueva cosecha, el hecho de que no hay trigo y que el poco que hay es de mala calidad, etc.".
"El precio del trigo estaba demasiado inflado, por eso, pese a esta importante baja de hoy (por ayer) el cereal aún tiene margen para continuar bajando. Si de a poco empieza a aparecer el trigo de la nueva cosecha, el precio va a seguir bajando. Este año vimos al trigo más caro que la soja y por primera vez el cereal dejó de seguir la tendencia de Chicago; eso muestra la importante distorsión que hay en el mercado", agregó Ambrosetti.