En un comunicado, las federaciones de Chubut, Santa Cruz, Río Negro, Neuquén y Tierra del Fuego, acompañaron los reclamos de sus pares del norte, exigiendo al gobierno nacional y provincial políticas que garanticen la sustentabilidad del sector.
El problema no solo radica en la propagación de especies exóticas, sino también en la superpoblación de guanacos, una especie autóctona que, lejos de estar en peligro de extinción, ha crecido a niveles que ponen en riesgo la viabilidad de la producción ovina.
La región patagónica, que representa el 25% del territorio argentino y alberga el 55% del stock ovino del país, ha visto una reducción del 32% en su producción ovina en los últimos 20 años, pasando de 10 millones a menos de 7 millones de ejemplares.
Las prolongadas sequías han obligado a los productores a reducir la carga animal en sus campos, pero no han podido controlar el incremento de guanacos ni el aumento de depredadores como zorros y pumas, que atacan con mayor frecuencia a las ovejas.
Los productores reclaman un trabajo conjunto con el sector privado para asegurar la producción y mantener el equilibrio de la fauna en la región, ya que la ganadería ovina es la principal actividad económica en las vastas extensiones de la Patagonia.
Las federaciones patagónicas reiteran la necesidad de implementar políticas que permitan la coexistencia entre la producción y la fauna local, y advierten que sin medidas urgentes, la actividad se tornará inviable, afectando gravemente a la economía regional.