La planificación y realización de medidas preventivas al finalizar la cosecha se consideran fundamentales para que la próxima temporada agrícola sea óptima en términos fitosanitarios. Por eso desde el Iscamen se difunden algunas acciones esenciales como parte del proceso productivo y manejo del monte frutal.
Desde el organismo se recomienda una serie de prácticas agrícolas que los productores de la provincia deben tener en cuenta en los meses de otoño, invierno y primavera como complemento a las acciones de manejo de la plaga en grandes áreas. La propuesta está basada en ensayos de campo por lo que su aplicación resulta determinante para el control de mosca del Mediterráneo.
En otoño, para los oasis Norte y Este, áreas de escasa prevalencia de la plaga, es conveniente realizar tratamientos post cosecha con aplicación de agroquímicos para el control de adultos de moscas de la fruta que ingresaron a las fincas.
Este tratamiento tiene como objetivo evitar que las poblaciones de adultos de mosca del Mediterráneo coloquen huevos en la fruta remanente y generen poblaciones para la próxima temporada, lo que evita problemas al inicio de la próxima campaña agrícola.
De acuerdo a los ensayos realizados en campo, es conveniente hacer las aplicaciones de agroquímicos a partir de la primera quincena de abril para alcanzar una importante disminución de las poblaciones en la próxima campaña.
Estos tratamientos deben realizarse tomando como referencia el ciclo teórico de la plaga, es decir el pasaje de huevo hasta el nacimiento de un nuevo ejemplar adulto, ciclo que además está relacionado con las temperaturas. De esta manera, si las hembras de mosca del Mediterráneo ponen sus huevos en la primera quincena de abril, sus adultos nacerán a partir de agosto. Si lo hacen desde la segunda quincena de abril, los adultos nacerán a partir de septiembre. Si ponen sus huevos desde la primera quincena de mayo, sus adultos nacerán a partir de octubre. Si se realizan controles tempranos las condiciones sanitarias tienden a mejorar de una temporada a otra.
Se recomienda la realización de dos aplicaciones de control químico, separadas 10 días entre sí. Insecticida cebo (400 a 750 litros de caldo por hectárea) la forma de aplicación es en spot hilera por medio. Pulverizadora con solo los dos picos superiores sin pastilla para que formen gota grande que caiga de arriba hacia abajo sobre las hojas.
Derribante (400 a 750 litros de caldo por hectárea) se aplica a cobertura completa
Si de acuerdo al tipo de producción que se realiza en la finca existen restricciones para alguno de los productos sugeridos, se puede aplicar otro que cubra con su persistencia los 10 días entre las dos aplicaciones, para alcanzar el mismo efecto preventivo.
De acuerdo a los ensayos en realizados, es conveniente hacer las aplicaciones a partir de la primera quincena de abril.
Durante invierno es preciso eliminar los frutos que puedan estar larvados y evitar que las hembras de la mosca del Mediterráneo tengan un lugar dónde depositar (oviponer) sus huevos; es importante recordar que, si no hay frutos, se corta el ciclo reproductivo ya que la hembra no encuentra lugar para oviponer. De esta manera, se interrumpe el pasaje invernal que realizan estos insectos.
Se sugiere recorrer la finca y detectar frutales que aún mantengan fruta en las plantas, especialmente ornamentales alrededor de las viviendas como higueras o cítricos y trincheras de membrillos.
Es muy importante no dejar melezca por lo que sería conveniente enterrar los frutos caídos y pasar la rastra. También es una buena práctica agrícola realizar trabajos culturales sobre frutales no comerciales que tengan frutos que permitan pasaje invernal tales como cítricos (excepto el limonero), membrilleros e higueras.
La primavera es el inicio a la temporada productiva por lo que se recomienda la implementación de planes fitosanitarios, principalmente en los oasis Norte y Este, que se complementen con las acciones de control en grandes áreas que realiza Iscamen, como la Técnica del Insecto Estéril. Estos procedimientos son fundamentales en términos fitosanitarios y determinantes en cuanto a los rindes de producción.
De acuerdo a cada producción, variedad y zona geográfica, es preciso planificar acciones de control dentro de la finca.